Populismo

Por Sigfrido Samet

Guy Sorman dice en su artículo "¿Por qué el populismo?" (ABC, 8/2/2016), de los fascismos de 1930 (en los que supongo que incluye al nazismo y al comunismo), que "no son de derechas ni de izquierdas, ni liberales ni socialistas y al mismo tiempo son reaccionarios y progresistas; se acostumbra a agruparlos en masa bajo el término genérico de populismo".

Si aceptamos que "derecha" se aplica a los conservadores e "izquierda" a los revolucionarios, no hay duda de que los fascismos fueron izquierdistas. Pero izquierda y derecha no son opuestos por estar en planos diferentes. El liberalismo, aún con los problemas que afectan a casi todos los países, tiene siglos de funcionamiento exitoso. El socialismo expresa buenos deseos (por lo cual "izquierda" y "derecha" serían categorías éticas, pero de ninguna manera políticas), pero irrealizables tanto por vía política como por vía revolucionaria. El socialismo se basa en teorías; el liberalismo es pragmático.

El populismo divide a la población en Nosotros y Ellos. Por supuesto "nosotros" somos los más inteligentes y honrados, mientras que "ellos" son inferiores y a menudo son quienes nos oprimen. Esto da a sus partidarios satisfacciones psicológicas. Pero lo básico son satisfacciones materiales.

Los gobiernos populistas son corruptos, como muchos no-populistas. Pero la diferencia estriba en que el populismo corrompe también a la población. Mediante dádivas (subvenciones, aumentos, etc.) compran los votos necesarios para mantenerse en el poder. Pero esta política no puede mantenerse mucho tiempo. Fomenta la haraganería de quienes reciben subsidios (lo que los desmotiva a buscar empleo) y hace aumentar contínuamente los gastos del Estado. Como éste no puede aumerntar mucho los impuestos ni las tarifas de los servicios públicos (para no perder el apoyo de la población), se ve obligado a pedir préstamos (prácticamente inobtenibles para países encaminados hacia el desastre), o a imprimir cada vez más billetes (lo que es devaluar el dinero y fabricar inflación).

La situación se agrava si disminuye la demanda del mercado mundial. Debido a la brutal caída del precio del petróleo y la imprevisión de los gobernantes, los venezolanos están pasando hambre. Algo parecido sucedió en Argentina debido a la caída de precios de la soja y de otras materias primas. Cristina K fue electa y luego reelecta: la mayoría estaba conforme con su gobierno. Pero en la siguiente y reciente elección, la mayoría votó a Macri, pues ya no queda lo qué repartir. Y probablemen te Cristina debe estar muy contenta de que el peso de su desastrosa política caiga ahora sobre los hombros de Macri.