El original o la copia

Por Carlos García González

El 'Molt Honorable'-en funciones- y el actual secretario general del PSOE parecen discurrir por senderos paralelos, salvando las pertinentes distancias, sincopados ambos, uno en pila, otro en patronímico: Artur, Snchz.

Heredan, solidariamente, marcas en declive por mor de sus padrinazgos, 'andorrano' y leonés. Disfrutan al alimón de sendas némesis: CUP y Podemos. Ergo, por consiguiente, de frustraciones hermanas, ententes imposibles para gobernar (el precio es lo de menos).

Aquél que consintió el primigenio 'cordón sanitario' del Tinell, lo cede redivivo al 'hereu' de la línea roja socialista -ni Bildu ni PP-, doliente retroactivo del Tamayazo sufrido por el remedo de ombudsman del puño y la rosa, Simancas. Este secretario general, que arrambló cual elefante en la cacharrería de 'Invictus', no calculó que el tranvía parleño ya no pasa por Callao sino por Ferraz y puede ser llevado a la cochera desde San Telmo.

La vieja guardia, el antiguo testamento, los barones pro-béticos, tratan de mitigar el previsible descalabro. Fue Eugenio D'Ors, y no Corcuera, quien patentó el adagio: "Los experimentos con gaseosa, joven", en un bar que no era del parlamento. Por ello, conocido el provisional desenlace catalán, no vaya a ser que los electores abocados a una segunda vuelta, en comicio general, den la espalda a 136 años de historia y se vayan con el primer chulapo lisonjero natural de Vallecas. Háganos la merced, don Pedro, a los españoles de ser original y no una vulgar copia.