Perfeccionar o romper

Carlos Rodríguez Casado

Carlos Rodríguez Casado

Por Luis Landajuela Lloret

Soy asiduo del folletón "Vísperas del 36".

En la entrega del 28 de Diciembre, el autor pone en boca de Francesc Cambó la siguiente reflexión:

"En el fondo hay dos tipos de políticos: los que parten de la idea de cómo ha de ser la sociedad y los que vislumbran cómo puede ser. Quienes son como Azaña acometen un acto perfectamente estudiado por los especialistas en sicología infantil: suplantan la realidad, la substituyen por una abstracción agradable y deseable. Los segundos, por el contrario, partimos de la realidad, para perfeccionarla. Los políticos abstractos construyen esquemas morales y jurídicos perfectos, matemáticos. Los realistas anteponemos a la moral pura y utópica el derecho, el buen sentido y la vida..."

Resulta inquietante la actualidad del texto. Pienso en los líderes de los dos partidos que han decidido llamarse "emergentes" y resulta inmediata su clasificación.

Desde la tranquilidad de una vida digna, no es difícil elegir.

Ahora bién, ¿cómo te enfrentas a la realidad si tienes treinta años, un título universitario, vives con tus padres y trabajas unas horas a la semana sirviendo mesas ?

¿Te planteas "perfeccionar" si has pasado de los cincuenta, estás en paro y ves acercarse el fin del subsidio?

Sin duda, las sociedades dignas de tal nombre son aquellas que consiguen mantener el número de los que desean perfeccionar, muy por encima de los que su única esperanza está en romper.