Nuestra maravillosa democracia

Por Joaquín José Cuéllar Trasorras

Me gustaría despedirme del 2015 haciendo una pequeña reflexión sobre nuestra democracia. Que muestra signos de agotamiento, no es nada nuevo, sobre todo después de mostrarnos cómo un partido político se puede formar y llegar a las cuotas a las que ha llegado tomando ilegalmente una plaza pública de nuestra capital. Yo siempre me he preguntado: ¿qué habría pasado si hubiera sido yo el que hubiera acampado ilegalmente en la Puerta del Sol? Seguramente habría sido inmediatamente desalojado por los agentes o bien municipales o bien de la Policía Nacional. Yo eso lo habría visto lógico si lo hubieran hecho con los del movimiento del 15-M. Hay que tener en cuenta que eso mismo lo han intentado en EEUU, con el resultado que todos conocemos, ya que la policía acabó de raíz con esas concentraciones, desalojándolas rápidamente.

Pero entonces, ¿qué sucede en nuestro país para que se permita a unos cuántos cometer esa ilegalidad? También me pregunto qué habría sucedido si esas concentraciones se hubieran dado en Francia o Gran Bretaña. El resultado habría sido sin ninguna duda la intervención policial, la detención de esos personajes y la posterior condena de los mismos. En todos los países avanzados, hay dos cosas fundamentales: legalidad y democracia. Ninguna de ellas dos parecen tomarse en serio en nuestro país. La imagen que vamos a acabar dando es la de un país donde sólo tienen derecho a gobernar sujetos que cometen ilegalidades y ponen al derecho en jaque.

Pero la culpa no es sólo de ellos y del sistema que les permite impunemente saltarse la ley, también lo es de los medios de comunicación que magnifican ciertas noticias y minimizan otras, dándole una publicidad injustificada a aquello que es ilegal. A mi no me queda más remedio que aceptar todo esto, ya que no vivo ni en EEUU, ni en Inglaterra, ni en Francia, ni en ningún otro país más que en España, pero no me conformo con esta santa resignación, porque es mi país y me preocupa su situación. Sólo me queda pensar lo que un militar amigo mío me comentó: "España es el país más fuerte del mundo, ya que sus mismos compatriotas han intentado destruirlo varias veces y sigue en pie".