Y de los trajes del debate al traje del emperador

Por María Luz Simón González

A ese traje de emperador que sólo un niño era capaz de señalar recibiendo una colleja por tal osadía, qué casualidad imprevista, quién le iba a decir a Rajoy que los aspavientos más llamativos y la capacidad de represión nos la iba a mostrar por culpa de su propio hijo. Cualquiera que le apoye y, por supuesto, los que no lo hacemos, hubiéramos deseado ver ese traje en otro lugar.

Rajoy va a cambiar la expresión “nada es más miedoso que un millón de dólares”, deberemos decir ahora “hacerse un Rajoy” cuando alguien quiera eludir una confrontación difícil pero necesaria. ¿Y de cuántos millones se cubre este miedo de Rajoy? A lo mejor es sincero, jamás se apropió de nada y simplemente Bárcenas era un corrupto muy bien organizado que se cubrió las espaldas de papeles falsos. Pero lo que no entiende el Sr Rajoy es que a estas alturas poco importa. Poco importa porque tan inaceptable es el que se corrompe como el que no quiere ver la corrupción o no la ve, porque no queremos corruptos pero tampoco a los que escurren el bulto o están ciegos y son incapaces de pasar el testigo.

Me gustaría hacer un referéndum entre los votantes del PP en el 20D. Me gustaría saber cuántos le apoyan por acomodarse a lo que va mejorando, aunque lentamente, sin ver la que caería en una nueva crisis. Me gustaría saber cuántos lo hacen por preservar la silla.

Ese es su problema Sr Rajoy, que a lo mejor los españoles no somos tan pasmados como para no ver que un futuro construido con miedo es un futuro endeble, un futuro sin entender que lo que tenemos es mucho más que lo que teníamos hace treinta años pero mucho menos que lo que podemos tener. Nos resulta insulso, triste y pobre, y no todos compartimos ese deseo de cielos grises gallegos aunque nos entusiasme Galicia.

Porque “no sólo de pan vive el hombre” dice la Biblia, y menos si tiene socavones en la miga, yo que soy de lechuguino ni le cuento. Vive de la música que sigue enseñándose tan pobremente como hace treinta años, vive de la cultura que tan lánguida llega a nuestros niños, vive de sentir la libertad de cada ciudadano, vive de saber que la ley se cumple sin reparos y con diligencia, vive de sentir que todos esos españoles que usted quiere saludar uno a uno tienen las mismas oportunidades de desarrollar sus capacidades, de enfrentarse a sus enfermedades y de disfrutar del mundo.

Y claro Sr Rajoy, usted se quiere esconder bajo un manto de invisibilidad ofreciendo migajas a su paso, pero nosotros hemos visto que ese traje de emperador no existe y, no acudiendo a los debates, ha mostrado todo lo que quiere esconder bajo el falso manto.