Días de esperanza

Por Abilio G.Carballo

Tenía que aparecer un medio que dedique su esfuerzo a poner orden en tanto desbarajuste político, y ha llegado EL ESPAÑOL.

Estoy convencido que no viene a perderse en medio del ruido mediático modulado según conveniencias no siempre legítimas.

Claro que también será necesario afear conductas indecentes, pero tratándose de los todopoderosos políticos, mejor subirse a su chepa para averiguar cuales son los oscuros pasadizos que utilizan algunos para llegar a tanta desvergüenza.

De la esclavitud de los campos de algodón de Virginia, hemos llegado -trescientos años después- a la servidumbre ilustrada. Han adormecido nuestro ánimo, somos una sociedad sometida por sus normas egocéntricas y cuando tienen la panza tan llena de tropelías que no pueden agacharse, aun nos mandan poner de rodillas para que les atemos los zapatos.

EL ESPAÑOL podría ser el estandarte tras el cual esta sociedad iniciase el camino en busca de la dignidad. Todavía somos pocos, pero pronto seremos tantos que nuestra voz habrá de escucharse, reclamando nuestros derechos, en aquellos foros donde los políticos solo defienden los suyos.

Solo entonces yo aceptaré que vivo en una democracia y que soy un ciudadano.