Por Luis Landajuela Lloret
A cuarenta y ocho horas de la masacre, Rafael Latorre nos hablaba en su columna del "tonto europeo", ese que "sienta una conclusión previa, Occidente es culpable, y luego busca argumentos para soportarla".
Afortunadamente a lo largo de la historia ha predominado el "listo europeo", promoviendo políticas muy inteligentes que han contribuido a la estabilidad de una región que ahora nos envía asesinos sanguinarios para ametrallar europeos, indiscriminadamente, tontos y listos supongo.
Solo tres ejemplos:
1916 Siria e Irak
El listo Sykes y el listo Picot, en representación de sus inteligentes gobiernos, trazan una línea sobre el plano y se reparten el territorio. Las promesas inglesas de una nación árabe se las lleva el viento del desierto.
1953 Irán
Los listos ingleses convencen a los listos americanos para derrocar a Mohammad Mosaddeq, dirigente democrático, que había tenido el mal gesto de reclamar mayores compensaciones por el petróleo de su país. En su lugar colocan a un déspota de gustos refinados. Ya sabemos como terminó todo aquello.
2003 Irak
Los listos americanos y los listos ingleses con alguna colaboración pintoresca, deciden quitarse de encima a su antiguo aliado Sadam Husein. Lamentablemente, a pesar de lo inteligente del planteamiento, la cosa termina mal e Irak se convierte en el semillero del ISIS.
Desde la rabia y la indignación. Desde el convencimiento de que no es posible "contener" a fanáticos que degüellan ante las cámaras o disparan a los clientes de un restaurante, me cuesta creer que las inteligentes políticas occidentales no han tenido ninguna influencia en esta tragedia.