La semana en clave cinéfila

R/DV/RS/Flickr

R/DV/RS/Flickr

Por Gerardo Gonzalo Pérez

En estos últimos tiempos, los sucesos ocurridos en Cataluña, en los que como colofón a los mismos su parlamento acaba de aprobar una declaración unilateral de independencia, hacen las veces de inspiración a la hora de buscar un film idóneo para explicar tan sorprendente realidad.

La situación, desde mi modesto punto de vista, está siendo llevada por los responsables del bloque independentista de forma surrealista, sin atender a orden razonable alguno, y con atropello de la legalidad, lo cual si no tuviera las consecuencias últimas que puede tener, resultaría casi cómico. Es a este respecto, y a modo de aligerar tensiones, la perspectiva de la que va a partir mi recomendación.

En esta ocasión la película es Pasaporte para Pimlico (Henry Cornelius, 1949), agradable y muy original comedia inglesa de la mítica productora Ealing, cuyo argumento tiene como punto de partida el descubrimiento casual de unos antiguos documentos en los que se detalla que el barrio londinense de Pimlico no forma parte de Inglaterra, sino de Borgoña, siendo por tanto un país independiente dentro de Londres.

A partir de aquí se producen una serie de situaciones curiosas donde todo tipo de personas intentan sacar provecho de la independencia de este trozo de Londres, lo que hace que por un lado, los ingleses cierren el acceso al nuevo país, poniendo una frontera, restringiendo su acceso y cortando el agua, y por otro lado los vecinos del nuevo Estado pidan el pasaporte en el metro de Londres al paso por su estación.

Al final todos ven lo poco razonable que supone todo esto, y acaba llegándose a un acuerdo para que Pimlico vuelva a reincorporarse al Reino Unido, tras constatar el engorro que para todos implica esta situación.

Esperemos que nuestra realidad nacional tome nota de esta ficción, y que nuestro Pimlico catalán entre en razón.