Cábalas para el 20-D

Dani Pozo

Dani Pozo

Por Manuel López Sampalo

El PSOE gana las elecciones. Por supuesto con mayoría simple, y sacando una decena de escaños al Partido Popular, que es la segunda fuerza, aunque queda a un mundo de los resultados de 2011. Ciudadanos da la esperada sorpresa (oxímoron) y es el tercer partido en votos, muy pero que muy cerca del PP. Podemos por su parte se desinfla y consigue un pobre resultado, que ni siquiera sirve para investir a los socialistas. Del enigma catalán es imposible adelantar nada. IU consigue entrar en el Congreso con escasas unidades de diputados. UPyD defenestrado.

Inmediatamente, el PP se pone en contacto con Ciudadanos para formar gobierno de coalicción y arrebatárselo al PSOE. Albert Rivera y compañía se niegan en rotundo. Primero porque respetan la lista más votada, segundo porque no quieren ni en pintura a Rajoy de presidente cuatro años más, y tercero porque simpatizan más con el Partido Socialista.

No basta con la abstención de Ciudadanos para la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, por tanto, la formación naranja se tiene que mojar y entrar a formar parte del plantel gubernamental de Sánchez Castejón. A regañadientes aceptan, previo cumplimiento de una lista de condiciones ciudadanas, rechazando carteras ministeriales e incluso la vicepresidencia que 'los del puño y la rosa' ofrecen a Albert Rivera.

Una vez investido Sánchez, Rajoy dimite como líder de la oposición y en el Congreso Extraordinario a primeros de 2016, nombra a Pablo Casado como su sucesor.

El pasajero y efímero efecto Podemos sigue deshinchándose como un globo hasta poco a poco ir desapareciendo del mapa político. Adiós 'coleta morada', adiós.