Por Javier Martín Fandos
Que España es un Estado no confesional lo sabemos y lo aceptamos todos. Que Ciudadanos es un partido laico es algo que sus dirigentes parecen tener claro y que su líder, Albert Rivera, ha repetido una y otra vez a quien haya querido oírle. Que las candidaturas populares que han triunfado en varias ciudades españolas en las últimas municipales propugnan el laicismo es público y notorio.
Hasta aquí, creo que no encontraré con quién discutir.
Sin embargo ayer, día de la Hispanidad, día del Pilar, Fiesta mayor en Zaragoza, en uno de los actos religiosos centrales de las Fiestas, nada más y nada menos que la Ofrenda de Flores a la Virgen del Pilar (palabras mayores en esta ciudad milenaria), el alcalde Pedro Santisteve de la candidatura popular Zaragoza en Común participó sin ningún pudor en la Ofrenda de Flores, junto a otros miembros de la Corporación Municipal.
La Guardia Civil y la Policía Nacional participaron activamente como vienen haciendo desde siempre en ese mismo acto y Ciudadanos Aragón, el partido de Albert Rivera, se estrenó en estas fiestas participando como partido político en una manifestación religiosa, católica, que sí, es cierto, ha ido más allá de lo religioso para convertirse en una tradición religiosa en la que se venera a una figura católica de notable renombre: la Virgen del Pilar, patrona de la Guardia Civil, de la Policía Nacional, de la ciudad de Zaragoza y no sé si también, a partir de ahora, de algún partido político.
Creo que a partir de este punto ya puedo elegir con quién pelearme. Que el laicismo es un valor del Estado Español es algo que todos deberíamos concretar un poquito más y que algunos deberían tener más claro.