Ribó y el 9 de Octubre en la Comunidad Valenciana

EFE/Manuel Bruque

EFE/Manuel Bruque

Por Alberto Diaz Puertas

Quería un "9 d'Octubre" tranquilo y recibió un vaso de agua fría. Hay un proverbio árabe que dice: las palabras escritas en la arena se las lleva el viento, sólo las esculpidas en la piedra perduran a lo largo de los años.

El poder es lo que tiene. Algunos pretenden cambiar parte de la historia, dándole un enfoque más "social y actual", como ellos dicen. Lo malo es que por mucho que se esfuercen, la historia es la que es y no pertenece a nadie.

Ribó intentó imprimir al "9 d'Octubre" un enfoque de diada catalanovalenciana (palabra inexistente pero utilizada por ellos en los ámbitos más privados), mucho más actual, sin intenciones supuestamente de politizar el acto.

Querer modificar una fiesta de los valencianos, es, sencillamente, aprovecharse de una institución cedida por el pueblo valenciano para dar pinceladas ideológicas propias en contra del sentimiento valenciano.

La Real Senyera entró en la catedral de la mano de Jaume I, el 9 de Octubre de 1238.

Nunca hay que utilizar una fiesta para recriminar al político de turno su intención de querer revisar aquel momento de la historia. Pero es de entender el malestar social de los ciudadanos. Los dirigentes están al servicio del pueblo, no al revés.

No sé quién inventó la palabra historia, pero agradezco que el primero que la utilizó fijase como ley no escrita que fuera siempre escrita en la piedra, para evitar segundas interpretaciones.