Por Ángel Ramos Laguna
El lunes despertamos con la noticia de que el Ayuntamiento de Madrid, comandado por Manuela Carmena, iba a cancelar los contratos con las agencias de calificación Ficht y Standard & Poor´s.
Como tanto gusta a los populistas, durante el día de ayer se dedicaron a alabar las bondades de la ruptura con estas entidades, que supondrá un teórico ahorro de 100.000€ al consistorio, cantidad que podrá dedicar a gasto social.
Pues bien, a la Sra. Carmena habría que explicarle que contratar estas agencias de rating no es más que una inversión, pues, en primer lugar, dan cierta seguridad a la deuda que se emite, lo que hace que se reduzca el interés que se paga por ella. Un inversor siempre exigirá un interés mayor a una entidad cuya deuda no ha sido calificada por estas empresas.
Además, otro de los argumentos a favor de ser calificado es porque la gran mayoría de los fondos de inversión no pueden comprar deuda que no haya sido analizada por estas agencias. De esta manera, el retirar a las entidades de rating hace disminuir el número potencial de inversores, lo que indudablemente sube el interés a pagar por la deuda.
En tercer lugar, el Ayuntamiento se escuda en que no va a ser necesario emitir más deuda puesto que las cuentas van a tener superávit -habrá que verlo-. Ahora bien, la deuda actual debe ser refinanciada, y de esta manera los intereses que se pagan por la deuda podrían ser reducidos. Los intereses en este 2015 son de 205 millones de euros, por lo que una reducción de los intereses seguro que sería mayor que ese ahorro de 100.000€.
Por lo tanto, Sra. Carmena, piénselo dos veces, no se deje llevar por los populistas que la rodean y renueve el contrato con dichas agencias. De esta manera sí que podrá dedicar mucho más dinero a gasto social.