13 enero, 2024 02:26

Cuando Mónica García (Madrid, 1974) entró en Podemos en 2014 lo hizo con una convicción: defender la sanidad pública madrileña. 10 años después de aquello, es ministra de Sanidad con la misma determinación, pero ahora, en el ámbito nacional. El día de su nombramiento, el pasado 20 de noviembre, rubricó un ascenso continuo que la ha llevado del activismo callejero contra la política sanitaria del PP en Madrid a tener el mando de la política sanitaria del país.

Cerca de cumplir los 60 días al frente de la cartera, García ha vivido en el arranque del año su primera prueba de fuego como ministra: la epidemia de gripe que ha colapsado, un año más, el Sistema Nacional de Salud, y dos medidas derivadas de ella que le han dado un baño de realidad sobre su nueva responsabilidad.

La obligatoriedad de las mascarillas en los centros sanitarios y la propuesta de las 'autobajas' de tres días le han llevado al choque con las comunidades autónomas en un ámbito, el de la Sanidad, donde tienen mucho que decir. Porque Sanidad, más que un ministerio plenipotenciario, es un coordinador de unas competencias que dependen en gran parte de los gobiernos regionales.

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Y su forma de hacer las cosas esta semana ha sido del agrado de muchos de sus críticos. Fuentes representativas del sector sanitario privado valoran con "gran satisfacción" sus primeros 60 días, y sobre todo, sus iniciativas en la última semana

"Frente a lo que podríamos pensar por sus antecedentes en la política madrileña, García se ha arrogado la responsabilidad de arreglar el sistema sanitario público, y transcurridos dos meses, el sector agradece su posición", aseguran estas fuentes en conversación con este periódico.

Alfonso Serrano junto a Mónica García en un debate televisivo.

Alfonso Serrano junto a Mónica García en un debate televisivo. EFE

"Estamos habituados a ministros que se ponen de perfil y que no quieren intervenir en el ámbito de las comunidades autónomas, pero ella ha demostrado que está dispuesta a dar un paso al frente. Sanidad genera desconfianza entre las comunidades porque están acostumbradas a hacer lo que quieren, pero las reformas sólo pueden venir desde arriba, con consenso", añaden estas fuentes.

"Médica y madre"

Hay dos factores que empujaron a García a meterse en política: el ambiente en el que se crió en casa y las miles de horas ejerciendo como médico anestesista en el Hospital 12 de Octubre de Madrid. Su padre fue el psiquiatra Sergio García Reyes, también diputado del Partido Comunista en la Asamblea de Madrid entre 1983 y 1987.

Así, las ideas políticas de izquierdas influyeron desde muy pronto en García, que al igual que sus padres –su madre también era psiquiatra– decidió estudiar Medicina y posteriormente especializarse en anestesiología. Como médico, conocía desde dentro los problemas que enfrentaban los sanitarios de la región y, en 2012, se unió a las mareas blancas.

García escenificó numerosas protestas contra el entonces consejero madrileño de Sanidad, el 'popular' Javier Fernández-Lasquetty, y llegó a ser portavoz de la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM) en defensa de la sanidad pública. El paso a Podemos dos años más tarde, de la mano de Íñigo Errejón, fue una evolución natural, pero sus pretensiones seguían en el activismo y en la Medicina.

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De hecho, en los primeros comicios regionales a los que se presentó la formación morada, en 2015, García fue inscrita como número 26 de la lista. Contra todo pronóstico, resultó elegida diputada de la X legislatura de la Asamblea de Madrid. Sin cambiar un ápice sus intenciones, siguió ejerciendo de médico y compatibilizó su nueva responsabilidad política con su familia, y así se presentaría más tarde a sus votantes, cuando asumió la cabeza de lista de Más Madrid en 2021: como "médica y madre".

Poco antes de su entrada en política, García acababa de tener a su tercer hijo –una niña– con Enrique Montañés, un alto ejecutivo en Madrid de la multinacional de logística CHEP. Hugo Martínez Abarca, diputado de Más Madrid en la Asamblea regional y que conoce a García desde sus primeros años en Podemos, explica EL ESPAÑOL | Porfolio que la ministra normalizó acudir a la Cámara con su hija mientras ejercía como anestesista en el hospital.

"Que ella hiciera hincapié en las anteriores campañas en que es médica y madre no es una pose, sino la síntesis de quién es y de lo que era su vida. Al igual que la cirugía, la anestesiología requiere de práctica y tener las manos entrenadas, y ella no quería perderlo, incluso cuando fue nombrada portavoz del grupo parlamentario", explica Martínez Abarca.

Contra Ayuso

El perfil de García pasó desapercibido hasta marzo de 2019, cuando integró la lista de Íñigo Errejón en las primarias de Más Madrid para presentarse a las elecciones a la Asamblea de la Comunidad del 26 de mayo de aquel año. En su última intervención como diputada de Podemos, al cierre de la legislatura, recitó un duro poema contra las políticas del PP y señaló ya a Isabel Díaz-Ayuso, quien se convertiría, al poco tiempo, en su principal obsesión.

Mónica García e Isabel Díaz Ayuso.

Mónica García e Isabel Díaz Ayuso. EP

"La legislatura ya ha terminado y nos deja otro gobierno perverso, / como en prosa no nos han escuchado, lo vamos a intentar en verso. / En cuatro años no han hecho nada por lo que les podamos recordar, / techos caídos, UVIS inundadas y nuestra sanidad sin mejorar (...)", comenzaba el recital.

Ayuso ganó las elecciones aquel año y, al poco tiempo, llegó la pandemia. García se erigió entonces como un martillo pilón en la oposición contra la gestión de la presidenta de Madrid, una etapa en la que se instaló un ambiente bronco del que trascenderían a los medios numerosos enfrentamientos verbales.

"Desde que ha dejado la Asamblea, hay una opinión coincidente que es que la tensión ha bajado, y lo único que ha cambiado en la Cámara es que ella ya no está", dice Alfonso Serrano, portavoz adjunto del PP en la Asamblea de Madrid, que ha bregado con García en los últimos ocho años. "No hablo con ella desde que me acusó de 'corrupto' en un debate en Telemadrid hace cuatro años. No es alguien con quien se pueda dialogar", añade.

Por contra, Martínez Abarca, de Más Madrid, asegura que en los años que García ha estado al frente de la oposición, ha mostrado "firmeza política", pero defiende que tiene un carácter afable y cercano. Al menos hacia los suyos.

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"Es una persona súper alegre, que incluso cuando está enfadada, te dice las cosas con una sonrisa. Ambos venimos de Podemos, donde era imposible tener una discrepancia. Con ella, sin embargo, siempre se puede disentir; es muy receptiva y siempre encuentra un chiste para destensar cualquier desacuerdo", dice el diputado de Más Madrid.

En la política madrileña, García fue especialmente criticada por defender políticas de izquierdas procediendo de un entorno acomodado. Estudió en el colegio Yale en el privilegiado barrio de El Viso, donde parte de la burguesía progresista de la capital llevaba a sus hijos. Luego, en secundaria, pasó al Instituto de Enseñanza Secundaria Beatriz Galindo de la calle Goya del barrio de Salamanca.

Además, García estaba casada con un alto ejecutivo y vivía en un piso de 170 metros cuadrados en el barrio de Niño Jesús, al lado del parque del Retiro. Uno de los picos de mayor polémica de su etapa en la oposición fue cuando se descubrió que su marido había cobrado 195,82 euros del Bono Social Térmico que ella misma criticó que recibiese el vicepresidente regional Enrique Ossorio, que pese a su elevado patrimonio, lo solicitó para pagar la calefacción por ser familia numerosa.

Ministra de Sanidad

En la repetición de las Elecciones Generales de 2019, el PSOE ofreció a Podemos la cartera de Sanidad, pero la formación que entonces dirigía Pablo Iglesias lo rechazó por "ser un Ministerio sin competencias", explica Martínez Abarca. Tras la pandemia, sin embargo, Sanidad se convirtió en una de las carteras más relevantes y Yolanda Díaz, ya vicepresidenta, no iba a dejar pasar la oportunidad si ésta se volvía a presentar.

Mónica García jura su cargo como ministra el pasado 20 de noviembre.

Mónica García jura su cargo como ministra el pasado 20 de noviembre. Reuters

Que García fuese ministra era entonces sólo cuestión de tiempo. La anestesista conoció a Díaz en un encuentro en Valencia en noviembre de 2021. El acto, que tenía por nombre "Otras Políticas", contó con la participación de García y Díaz, y también con la de Ada ColauMónica OltraFátima Hamed. Sin la presencia de ninguna líder de Podemos, fue el evento precursor de lo que más tarde se convertiría en Sumar.

Cuando Díaz presentó su nuevo partido en Madrid en abril de 2023, apareció flanqueada por García como confirmación de su sintonía. Y cuando la oportunidad afloró de nuevo y Pedro Sánchez le ofreció Sanidad a Sumar, el nombramiento fue casi automático. "Ser ministra caía de suyo", dice Martínez Abarca. "Con su trayectoria, era la candidata idónea para defender la sanidad pública desde el Gobierno".

En el mismo sentido se expresan las fuentes del sector privado, que reconocen que la ministra es "conocedora de primera mano de los problemas que existen en la sanidad española".

El diputado, además, señala que su nombramiento fue un "ascenso" en toda regla, y no una "huida de Madrid" como sugirieron desde la bancada del PP en la Asamblea. "Mónica salía muy viva del 28-M [fecha de las últimas elecciones autonómicas], donde Más Madrid fue la segunda fuerza más votada con unos resultados extraordinarios", afirma.

[Entrevista a Mónica García]

Para García, asumir la responsabilidad de Sanidad sólo tres años después de la pandemia suponía un reto que se juntó con su reciente divorcio, en verano de 2023, la búsqueda de un nuevo piso y una mudanza. Pero desde su entorno destacan su capacidad "multitarea". "Durante su tiempo en la Asamblea demostró que podía seguir ejerciendo su profesión y encargarse de sus hijos, por lo que está acostumbrada. Ahora, lo que más va a cambiar son los viajes, pero poco más", dice Martínez Abarca.

García ha pasado de desplazarse en bici a ir en coche oficial. También ha aparcado la anestesiología. Pero, por lo demás, ve a sus hijos en el régimen que tiene con su marido, pasea a su perro y, cuando tiene algo de tiempo, se dedica a sus lecturas y a su otra pasión desde adolescente: el atletismo. "Hace poco, volvía de la Asamblea, y me la encontré paseando a su perro con total normalidad", dice el diputado de Más Madrid. Este domingo cumple 50 años, en el momento en que su vida más ha cambiado.

Su principal ocupación ahora, "es mejorar la eficiencia del Sistema Nacional de Salud", como dicen las fuentes privadas del sector. "Lleva 60 días y no ha mostrado nada negativo, ni se ha manifestado en contra de la sanidad privada y está siendo colaborativa con la industria farmacéutica. Hemos vivido enfrentamientos, pero ella muestra la voluntad de llegar a acuerdos", concluyen.