Cada vez quedan más lejos las grandes aperturas de curso de Pedro Sánchez en la Casa de América rodeado de los primeros ejecutivos del Ibex 35, la patronal, los sindicatos y la plana mayor de su Gobierno.

Acorralado por un contexto económico perverso, que amaga con ir a peor, y con la tormenta del espionaje de Pegasus sin visos de escampar, al Ejecutivo le cuesta cada vez más lograr una foto o una muestra de apoyo, como la que recibió la pasada semana de Ursula von der Leyen en Barcelona, donde la presidenta de la Comisión Europea habló de España como un "motor económico".

Hace ya un mes que las grandes empresas del Ibex 35 comenzaron a acercarse al PP de Alberto Núñez Feijóo. Dieron el paso, mientras abandonaban al presidente del Gobierno en sus comparecencias públicas. Ahora, la CEOE sigue sus pasos -con discreción y diplomacia- y también los sindicatos.

La vicepresidenta, Nadia Calviño, y el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi.

La vicepresidenta, Nadia Calviño, y el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. EP

Se pudo comprobar este lunes, cuando pocas horas antes de que tuviera que arrancar la reunión a la que la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, había convocado a los agentes sociales para intentar encauzar el mal llamado 'pacto de rentas', el Ministerio de Asuntos Económicos tuvo que posponer el encuentro de la mesa de Diálogo Social. El motivo oficial: "causas sobrevenidas que han determinado la ausencia de varias personas convocadas a la cita".

Que cada uno interprete como considere. En el lado sindical, Pepe Álvarez no tenía la intención de acudir. En el lado empresarial, Antonio Garamendi tenía que acompañar a una delegación chilena de empresarios a un encuentro con el rey Felipe VI. A cambio, la patronal iba a mandar a otro representante para no desatender la llamada del Gobierno.

El 'pacto de rentas' que quiere promover el Gobierno no tiene ningún adepto

El caso es que, tras el fracaso de la negociación bipartita entre sindicatos y empresarios para la actualización de los salarios en este contexto de inflación, el 'pacto de rentas' que quiere promover el Gobierno no tiene ningún adepto. Y el Comité Ejecutivo de la CEOE se reunirá este martes para aprobar las recomendaciones que trasladará la patronal a las empresas en materia salarial. Importante: lo hará sin escuchar antes a Calviño.

Los empresarios siguen su hoja de ruta. Este lunes se reunieron los secretarios generales de organización y se puso sobre la mesa la necesidad de ligar la evolución de los salarios a la evolución de la productividad o del empleo. Y aunque la cifra final que se aconsejará como umbral para subir los salarios no estaba cerrada a última hora del lunes, se daba por supuesto que el tope no excederá el 3,6%, en línea con los documentos que la patronal ha estado planteando a los sindicatos en las últimas semanas.

El próximo viernes el INE publicará el dato definitivo de IPC del mes de abril y hay quien augura un posible alza frente al provisional por el efecto de los últimos días del mes.

Se cumpla o no ese pronóstico, lo cierto es que las palabras de Calviño en 'El País' afirmando que "no hay espiral inflacionista" porque "la inflación bajará en la segunda mitad de este año" han sido interpretadas en círculos económicos como un deseo más que como una realidad. No se puede olvidar que la inflación subyacente ya está en el 4,4% (dato provisional de abril).

Rota la negociación colectiva de los agentes sociales, el pacto de rentas debería buscarse en el Congreso. Pero tampoco allí hay demasiado interés por hacerse una foto con este Gobierno.