Anualmente, 18 millones de británicos se despliegan por la costa española. Un gran trozo del pastel de los 70 millones de viajes que hacen por Europa al cabo de un año normal. Son muy viajeros, tienen ganas de salir, especialmente entre aquellos que tiene rentas más altas, tras año y medio de pandemia, restricciones y confinamientos.

Tanto es así que la semiliberalización de los viajes para sus ciudadanos a partir del 19 de julio (conocido como el Freedom Day), al eliminar la obligación de cuarentena entre aquellos vacunados con pauta completa, disparó las reservas de viajes a nuestro país.

Son muchos los que se benefician de esa medida, ya que allí más de un 60% de los adultos tiene las dos dosis inyectadas, según el gobierno británico.

El 'Freedom Day' disparó las reservas de viajes a nuestro país 

También son muchos los que vendrán a España, ya que somos un destino más que consolidado entre los residentes británicos y no hace falta un gran esfuerzo en atraerlos.

España está equipada para ello. Nuestras playas y temperaturas son poderosos argumentos para que vengan. Sin embargo, esta es la tradicional mentalidad. La misma que hace 50 años y ahora, gracias al Brexit, tenemos la oportunidad de explorar una nueva vía: el turismo de compras. Pero hay que trabajarla y requiere un gran esfuerzo.

18 millones de británicos en España son 18 millones de personas en una tumbona, tomando el sol, descansando, leyendo y dándose chapuzones. Ninguna de estas acciones genera un gasto adicional al del billete de avión y del hotel.

Tenemos, pues que, como industria turística puntera que somos, levantarlos de la toalla e incitarlos a que entren en las tiendas y gasten. Un incentivo de primer orden es la devolución del IVA, aunque, eso sí, solo en Península y Baleares, ya que en Canarias no está implantada la devolución del IGIC, su propio impuesto.

Nuestras playas y temperaturas son poderosos argumentos para que vengan los turistas británicos a España 

Más ahorro, productos a mejor precio y presupuestos maximizados porque comprar más con lo mismo son ideas que deben, a partir de ahora, interiorizar los británicos. Pero lo primero que hay que hacer es mostrarles el camino.

Un 57% de ellos no saben que les pueden devolver el IVA. Es esencial que lo conozcan, porque una vez que conocen que pueden comprar libres de impuestos, están dispuestos incluso a gastarse un 50% más. O, al menos, así lo afirman 6 de cada 10 turistas británicos.

Den ese incremento de gasto se beneficiarán el comercio y la economía española que, por primera vez, tienen cerca a un comprador tax free. Tan cerca como las apenas dos horas y media que separan las ciudades españolas de las británicas. Se cuentan por millones las personas que pueden venir y, si lo aprovecha, España podrá también contar millones de euros. Se estima un potencial cercano a los 1.100 millones.

Al añadir el shopping a la ecuación sol y playa, de repente España tiene ante sí la oportunidad de que los turistas británicos puedan acudir no solo a destinos de costa, sino también a ciudades.

Es paradigmático que nuestra primera nacionalidad emisora de turistas, la británica, no muestre interés en una ciudad como Madrid. Solo el 4% pisa suelo capitalino, luego la ciudad tiene ante sí el reto de atraer a ese turista y que venga aquí un fin de semana o se añada a una estancia vacacional más prolongada.

Sólo el 4% de los turistas británicos pisa suelo capitalino. Hay que atraer a las ciudades a todas esas personas para que consuman en las tiendas

No obstante, no se trata tanto de una estrategia de ciudad, sino de país. España debe reposicionarse como destino de shopping entre los británicos, hacer captación en origen y mucha divulgación sobre nuestra oferta más allá del sol y la playa.

Una estrategia que debe llegar también a otros países, porque el Brexit ha provocado que Reino Unido se quede fuera del círculo virtuoso del tax free y eso les resta competitividad frente a nacionalidades como la china, la estadounidense, la rusa o la procedente del Golfo Pérsico.

Todos esos ciudadanos están mayoritariamente, dispuestos a cambiar la compra de ese artículo de joyería o moda de Londres a otra ciudad comunitaria. ¿Madrid? ¿Barcelona? De momento parece que España solo captará el 9% de esos viajeros, mientras que la gran mayoría optará por París y Milán.

Esto nos lleva al mensaje que desde Global Blue llevamos años lanzando, la necesidad de posicionar a España como destino de shopping en la mente del viajero. Se ha hecho mucho trabajo, pero aún queda mucho por hacer sobre todo entre los turistas de largo radio, aquellos que, como el chino, no tienen problema alguno en gastarse 1.000 euros por acto de compra.

Tal como estamos ahora poco vamos a captar de lo que pierde Reino Unido. Otro argumento de peso más para cambiar y evolucionar nuestro modelo turístico.

Mientras, tenemos al británico. Y digo tenemos porque ya está aquí. No hay que incitarle a que venga a España en lugar de a otros destinos como sucede con los chinos o los árabes. Lo que queremos ahora, como novedad, es que gaste. Y con la devolución del IVA tenemos una oportunidad de oro.

*** Luis Llorca es Country Manager de Global Blue España