Han pasado 20 años desde que BBV y Argentaria se integraron en BBVA. En aquella gran operación financiera, los tres hombres fuertes del nuevo gran banco consensuaron el reparto de poder.

En el nuevo organigrama de la entidad de origen vasco, Secretaría General, Cumplimiento Normativo y Relaciones Institucionales quedaron bajo el paraguas de los presidentes, Francisco González y, durante unos meses, de Emilio Ybarra.

Mientras, el consejero delegado, Pedro Uriarte, se quedó con el control de las áreas de Negocios Minoristas y Mayoristas, así como con Sistemas y Operaciones.

José Ignacio Goirigolzarri.

En aquel reparto emergía un hombre de la confianza de los vascos, José Ignacio Goirigolzarri, que se convertía en un peso pesado de la nueva estructura de la mano de Uriarte, al que acabaría sustituyendo como consejero delegado unos meses después. El joven banquero tomaba nota de ese reparto con el que no le fue mal a FG hasta que llegó Villarejo.

Casi dos décadas después, al frente de una entidad seminacionalizada en tiempos de pandemia y con la vista en que el Gobierno de coalición de izquierdas pudiera acabar saliendo de su accionariado, Goiri firmó el pasado septiembre la absorción de Bankia por CaixaBank.

En el reparto inicial de poder, se quedó con tres áreas: Auditoría Interna, Secretaría del Consejo y Comunicación e Institucionales. Mientras, después, ha logrado colocar a un hombre de su confianza, Manuel Galarza, al frente de Cumplimiento y Control. Esto demuestra que el banquero de Bilbao -de Caserío, puntualizan en su tierra- quería replicar en la operación un reparto que acabó haciendo todopoderoso a FG.

20 años después, ese reparto de poder permitió escenificar ante la opinión pública el pasado septiembre que la operación en la que venía trabajando Isidro Fainé desde la crisis financiera era amistosa. Se salvaban así los muebles de Bankia para no generar más fisuras en el Gobierno de coalición de izquierdas.

Como lector de filósofos racionalistas, cuando selló aquel pacto, Goirigolzarri siempre tuvo presente lo que era evidente. Fuera como fuera la puesta en escena de la operación financiera del año, aquello era una absorción, en toda regla, de Bankia por parte de CaixaBank.

Meses después, los consejos de los bancos ya han puesto los nombres y apellidos a quienes van a ocupar los cargos en ese reparto. Y resulta que Goirigolzarri se queda con las funciones, pero sus funcionarios, como reconoce una fuente próxima a la entidad.

Tres directivos de su comité de dirección que parecía que iban a encajar en ese reparto de poder del nuevo banco han decidido seguir los pasos de su hasta ahora número dosJosé Sevilla y abandonar Bankia antes de que se integre en la firma de origen catalán. 

Así, el bilbaíno podrá conocer lo que ocurra en la nueva entidad con una persona de su confianza en Cumplimiento y Control. Mientras, encabezará Auditoría, Secretaría y Comunicación, pero con directivos del banco comprador.

J. I. Goirigolzarri, E. Solla, D. López, N. Calviño, G. Gortázar, M. Galarza, I. Fainé, J. Sevilla, J. Oliu y FG.

Cuando Cani Fernández autorice la operación y se materialice la fusión, habrá pocos nombres de Bankia en el comité de dirección en el que estará Galarza, junto con Eugenio Solla (Sostenibilidad) y David López (Recursos Humanos). Este último ocupará una de las tres direcciones generales con las que contará el que será el banco con más volumen de activos en España.

El consejero delegado, Gonzalo Gortázar, será el hombre fuerte del nuevo banco y esa evidencia hace que algunos se aventuren a especular ya con cuánto tiempo permanecerá Goirigolzarri como presidente de la nueva CaixaBank.

Tal vez, ¿hasta que venda el Estado? Eso nos colocaría -a día de hoy- en el horizonte de 2023, tras la prórroga de dos años que el Consejo de Ministros ha dado a Nadia Calviño para tomar esta decisión que se viene aplazando desde que ocupaba su puesto el ahora vicepresidente del BCE, Luis de Guindos.

Con Gortázar como hombre fuerte del nuevo banco, ¿se quedará Goirigolzarri en Bankia solo hasta que venda el Estado?

En cierto modo, Goirigolzarri presidirá el nuevo banco como un garante del interés del contribuyente en lo que quede de Bankia, tras la inminente desaparición de su marca.

Y después, ¿qué pasará? Ya saben, en Neguri siempre han querido que vuelva a BBVA para pilotar el banco. Pero Carlos Torres Vila tiene otros planes. Difícil saber si Goiri estará pensando en eso o en dedicarle más tiempo a sus clases de filosofía cuando acabe esta aventura. Es posible que los directivos que han abandonado el banco en los últimos días, lo sepan. Lo que nadie puede saber a ciencia cierta es si esta vez, el Gobierno cumplirá con los plazos el calendario para vender.

Si alguien ha seguido de cerca el reparto de poder entre CaixaBank y Bankia en las últimas semanas ha sido Josep Oliu y su entorno se habrá sentido aliviado por su paso atrás en la decisión de firmar la absorción de Sabadell por BBVA. Las fusiones de la banca siempre buscan ahorrar costes y por ello, son traumáticas, se pinten como se pinten.

ATENTOS A...

El conflicto que mantiene Aena con los inquilinos de sus locales llegó la semana pasada al Congreso de los Diputados. Fue de la mano de ERC.

Su diputado, Joan Capdevila, ha visto en la batalla que Maurici Lucena mantiene con los propietarios de los negocios de las tiendas de los aeropuertos un flanco para hacer oposición al presidente de Aena, el hombre que Salvador Illa prometió poner al frente de Economía si lograba presidir la Generalitat.

Pese a las propuestas hechas por Aena a sus inquilinos, el conflicto está encallado y puede convertirse en un frente más para el Gobierno, aunque se trate de una empresa que cotiza en Bolsa.