Corea del Sur mantiene abiertos sus centros escolares. ¿Tiene controlados los rebrotes de la COVID-19? Sí

En los EEUU, buena parte de los distritos escolares de todo el país (entre ellos Washington DC, Miami y Los Ángeles) han decidido iniciar el año académico manteniendo la educación a distancia (online). ¿Tienen controlados sus rebrotes? No.

En España, el Gobierno ha indicado y los gobiernos regionales han decidido iniciar el nuevo curso de manera presencial en el mes de septiembre. ¿Tiene España controlados los rebrotes? No

¿Qué podría salir mal? El debate sobre cómo abordar una cuestión tan espinosa ha sido idéntico en todos los países y no hay razones aplastantes en favor o en contra de cada posible decisión. Todas ellas están cargadas de contraindicaciones y de efectos secundarios.

Eso hace que las discusiones sobre este tema tengan un aspecto caótico y que las decisiones finalmente adoptadas parezcan fruto de la improvisación. No es algo propio de aquí, sino de todo el mundo.

En todas partes se teme el impacto negativo que sobre las respectivas economías tiene el mantenimiento de la enseñanza a distancia

En todas partes se teme el impacto negativo que sobre las respectivas economías tiene el mantenimiento de la enseñanza a distancia. Hasta en EEUU, donde la recuperación está siendo muy vigorosa (por ejemplo, la tasa de desempleo allí casi se ha reducido a la mitad: ha descendido a 8,4% en agosto desde el 14,7 del mes de abril) se teme que el mantenimiento de la enseñanza a distancia genere más desigualdad y desempleo, así como sus correlatos de caída del consumo y de la productividad.

Allí, al igual que los gobernantes de aquí, Donald Trump presiona para que los colegios abran. Y también, según un estudio de la Reserva Federal citado por el Financial Times, hay muchas empresas que se quejan de que el mantener los colegios cerrados está provocando escasez de mano de obra, a pesar de que el desempleo sigue en niveles muy altos y atribuyen las causas a la necesidad de los padres de quedarse en casa para cuidar de su prole, combinada con la incertidumbre sobre el inicio del curso presencial y la duración de las prestaciones por desempleo.

Lo más sorprendente del caso español es que a pesar de la variedad ideológica de los gobiernos regionales ninguno ha decidido que es mejor no iniciar el curso académico

Lo más sorprendente del caso español, comparado con el de EEUU, es que a pesar de la variedad ideológica y partidista de los gobiernos regionales y a pesar de las tensiones que alguno de éstos mantiene con Pedro Sánchez, ninguno ha decidido que es mejor no iniciar el curso académico. Se ve que todos opinan que daña más la reputación acertar solo que equivocarse con la mayoría.

Ni siquiera en aquellos casos como el de Madrid donde el gobierno regional sospecha que todos los niños van a terminar infectados en “parques y fines de semana familiares”, aunque no en los propios colegios. Si de verdad el gobierno regional cree esto, y no se trata de una “boutade” de su Presidenta, ¿no sería más responsable aplazar el inicio de curso?

Una argumentación así sobre los niños, dicho sea de paso, parece un non sequitur: si los niños se van a infectar todos en el futuro en las reuniones familiares y en los parques, habría que colegir que muchos de ellos, que habrán frecuentado tanto unas como otros en verano, se habrán contagiado ya, lo que sería un argumento más para que los colegios no reabrieran, de momento.

¿No sería más prudente esperar a ver si se cumple la expectativa de la llegada de la vacuna en diciembre (aunque parezca ilusorio) o a que haya tests de saliva (de esos que resuelven la cuestión en 15 minutos) en abundancia para detectar la Covid-19?

Alguno de ellos, como el de los laboratorios Abbott, tendrá un coste inferior a 5 euros, lo que permitiría poder utilizarlo con bastante frecuencia. Dentro de la misma variedad de medidas, la Universidad de Boston va a hacer el test dos veces por semana a los alumnos que acudan presencialmente a clase.

¿No se podría esperar a disponer de alguno de los mecanismos de prevención y protección utilizados en otros países? En Corea del Sur las familias están obligadas a tomar la temperatura de sus hijos en edad escolar todas las noches y a enviar el resultado vía telemática inmediatamente después. Naturalmente con la obligación también de dejarlos en casa al día siguiente si tienen fiebre.

En Corea del Sur las familias están obligadas a tomar la temperatura de sus hijos en edad escolar todas las noches

En todas partes se proponen solucione intermedias. Así, en Holanda están siendo muy flexibles con la obligatoriedad de la asistencia a clase presencial. También surgen voces que piden que se combine la asistencia a clase de aquellos niños y jóvenes que no tienen un entorno familiar favorable para recibir las clases a distancia (o que sencillamente carecen de medios) con la enseñanza online para los demás.

Propuestas como esta las plantean desde profesores de la Universidad de Stanford (como Caroline Hosby) hasta el español experto en aerosoles y profesor en la Universidad de Colorado, José Luis Jiménez. Esto permitiría aumentar la distancia social en las aulas y reduciría la presión sobre los profesores, física y sicológica, que provoca el miedo a contagiarse.

Ya sé que todo esto aumenta la desigualdad, pero no es una propuesta para mantenerla vigente hasta el fin de los tiempos, sino para un período transitorio, hasta que, o bien la vacuna, o bien los test baratos y rápidos, junto con aplicaciones “estilo Corea” permitan reducir el riesgo de contagio.

A pesar de todos estos inconvenientes, las noticias que llegan de la economía mundial siguen siendo favorables. La de EEUU se recupera en V y la de China también. Incluso puede decirse lo mismo de la de la Eurozona, aunque en un tono un poco más desvaído, pero con recuperaciones más que apreciables de sectores industriales como el del automóvil o el farmacéutico.

En cambio, en España se empieza a truncar la recuperación, que iba en V también, por causa del sector servicios cuyo PMI (índice que refleja la opinión de los gestores de compras de las empresas) se ha situado en agosto por debajo de 50 (que es la cifra que separa la expansión de la recesión) para emplazarse en 47,7, tras haber estado en julio en 51,9, algo que parece natural dado el verano turístico desastroso que todo el mundo conoce.

Pero la economía española no es la única en aprietos: llama la atención el caso de la de Japón que también está flojeando. O la de la misma Corea de Sur.

Con la mala deriva de la economía española resurge el latiguillo de todas las crisis: hay que cambiar el modelo productivo

Con esta mala deriva que vuelve a tomar la economía española resurge el latiguillo de todas las crisis: hay que cambiar el modelo productivo. Hasta se le ha oído decir a una ministra, a pesar de que en algunas conversaciones ya se use la frase para hacer bromas, de lo manida que está y de lo poco habituados que estamos en España a proponer medidas que encaminen la economía en busca de otro modelo.

Eso de hablar de “cambiar el modelo productivo” es una manera de echar tinta de calamar. No es nada fácil cambiar el modelo productivo pero los países que han conseguido hacerlo han utilizado una de estas dos vías: con bajos salarios (España lo consiguió en los años 1960 a 1980 y alrededor de 2012, al menos parcialmente, reorientándose en este último caso hacia la exportación) o con bajos impuestos y un ambiente general favorable para los negocios, como Irlanda a partir de 1990.

También hay milagros como el de Israel con las nuevas tecnologías a lo largo de los años 90, pero para eso hay que estar en el lugar adecuado en el momento adecuado. Y con las medidas apropiadas, cosa que no es fácil de lograr.

Todo lo que no sea eso es marear la perdiz. Parece que las ventajas fiscales son en este momento la vía más favorable para conseguirlo. Francia, Grecia o el Reino Unido ya se están aplicando el cuento.

El inicio del curso debería aplazarse. La inseguridad respecto al contagio, y el coste correspondiente, es demasiado elevada como para seguir adelante como si casi se tratase de un curso normal.

Por si acaso, hay quien ya está “votando con sus pies”: ayer Martin Varsavsky, empresario de éxito (Jazztel) anunciaba en Twitter que cogía a su familia y se iban a vivir a Berlín hasta que escampe la Covid en España. Mañana es 8-S. ¿Estaremos condenados a meter la pata con la Covid-19 cada seis meses?