El aire está limpio, quienes viven en el centro de las ciudades disfrutan de la nueva atmósfera y el Gobierno aprovecha la coyuntura para sumar adeptos a su transición ecológica. Pero la economía española está gravemente herida. Su alta dependencia del turismo y la 'economía social' en la que se basa la hostelería hace que lo tenga todo en contra. Menos un par de cosas: el activismo del BCE y el petróleo barato.

Son los 'vientos de cola' -¿les suenan de la última recuperación?- que podrían tirar del palito de la V para que no sea tan 'asimétrica' o tan parecida a una L como la dibujó Nadia Calviño en su cuadro macroeconómico enviado a Bruselas. 

La vicepresidenta para la Transición Ecológica anda estas semanas buscando adeptos a su causa 'verde' en la gran empresa española. Teresa Ribera considera que el momento actual es idóneo para sentar las bases de una reconstrucción ecológica y ha pedido a las grandes empresas del sector apoyo para su causa.

La vicepresidenta de la Transición Ecológica, Teresa Ribera.

Su gran aliado en España vuelve a ser el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, que ya avanzó en la Junta de Accionistas celebrada en la tercera semana de confinamiento que "acelerará las inversiones tan pronto sea posible para contribuir a la actividad económica y fomentar el empleo". 

El beneficio que anunció la pasada semana le da músculo para abanderar esa causa. En el marco de la presentación de esas cuentas, Galán reconoció de manera abierta en una conference call con analistas que ha hablado con el Gobierno para ponerse a su disposición e impulsar que la salida de esta crisis sea 'verde'.

Iberdrola cuenta con un bazooka de nada menos que 10.000 millones de euros para invertir en renovables. Pero sobre todo, cuenta con una demanda a la que nutrir con esa energía limpia. La clave está en el precio.

En Europa, la vicepresidenta cuenta con otro gran aliado: Frans Timmermans. El hombre que Pedro Sánchez trató de impulsar a la presidencia de la Comisión Europea es una de las voces que canta en el coro de Ribera para pedir que la UE aproveche esta crisis para impulsar inversión en energías limpias.

Sería a través de los fondos del BEI (Banco Europeo de Inversiones) con la idea de que el organismo que preside Werner Hoyer ponga una cuantía sobre la mesa con el fin de movilizar capital privado para infraestructuras.

De vuelta en España, esa idea sería bien vista por algunos de los altos ejecutivos de las empresas del sector. Es el caso de José Bogas, a quien también se ha dirigido la ministra. El consejero delegado de Endesa también cuenta con una demanda a la que poder nutrir con su energía limpia y también estaría dispuesto a acelerar inversiones si hay que impulsar la transición ecológica.

Pero su disposición no es la misma que la de Galán. Una prueba clara fue la decisión de mantener en 50 años el plazo de amortización de las centrales de Ascó y Vandellós en Cataluña. En la contabilidad de cierre del pasado año, Endesa solo modificó los plazos de amortización de Almaraz, central en la que comparte titularidad con Iberdrola (53%) y Naturgy (11%).

Frans Timmermans, Teresa Ribera, Ignacio S. Galán, Francisco Reynés, José Bogas y Josu Jon Imaz.

Con ese apunte contable, Endesa vino a decir que se sumará a la Transición Ecológica pero siempre que tenga garantías de ayudas y de retornos en su inversión, así como clientes a los que poder dotar de esa energía. Y en este contexto, la crisis del Covid-19 plantea algunos interrogantes sobre los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC).

Nos lo recordará Repsol el próximo viernes, cuando celebre una Junta de Accionistas clave para despejar la incógnita de cómo va a afectar la caída del petróleo al plan estratégico que presentó coincidiendo con la Cumbre del Clima del pasado otoño para convertirse en una empresa de cero emisiones netas en 2050. 

El impacto del Covid-19 en su negocio y el desplome de su materia prima básica están obligando a Josu Jon Imaz a revisar las inversiones de la hoja de ruta con la que iba a convertirse en la primera gran petrolera del mundo en lograr esa meta. Sabremos hasta qué punto el próximo 8 de mayo.

Los retos que afronta el sector energético también se vieron con Naturgy, otra empresa afectada por la caída de las materias primas, en su caso del gas. Francisco Reynés avanzó a los analistas el pasado miércoles que acelerará su transformación y el jueves cerró con Mubadala la adquisición del 34% de Medgaz junto a Sonatrach. 

Una operación en la que se vio cómo está diversificando riesgos, al compartir inversión con socios como BlackRock, pero que muestra también que seguirá apostando por el gas en estos años, en los que esta fuente de energía jugará un papel destacado en la transición. La clave ahora es saber por cuánto tiempo, puesto que el Covid-19 más que una oportunidad puede ser una gran amenaza para el PNIEC de Ribera.

Y es que la transición ecológica es deseable, pero ¿es realista? Si antes del coronavirus la respuesta no era contundente, menos va a serlo ahora que si hay algo que necesita la industria española es energía barata.

En el cuadro macro que presentó Calviño el viernes pasado quedó reflejado el desplome del petróleo. El Brent ha pasado de estar a 64,1 dólares el barril a 38,4 dólares este año. Estos días, en el mercado, ronda los 26 dólares. El precio del gas tradicionalmente se ha movido inducido por el del crudo.

Es una cotización muy tentadora para abaratar la energía de la industria y el combustible de la logística, otro de los sectores que está llamado a aumentar su peso en el PIB en la era 'post Covid'. 

Y algo parecido ocurrirá con los usuarios de vehículos privados ahora que se aconseja la distancia física. ¿Es viable fiar a la bicicleta la movilidad de una ciudad como Madrid para descongestionar el transporte público? O se opta por prolongar teletrabajo o el coche tendrá más protagonismo. Y la bajada del litro de gasolina, junto con la autonomía y el precio de los coches de combustión fósil frente al eléctrico, van a llevar a que los ciudadanos empobrecidos opten por estos vehículos.

El Covid-19 nos ha llenado los pulmones de aire más limpio, al mismo tiempo que nos ha vaciado los bolsillos. Nos ha enfrentado a las dos caras de una moneda que el Gobierno tendrá que equilibrar y no será fácil. El objetivo de la transición ecológica es loable. Pero no nos engañemos, no va a ser ni fácil, ni barato.

ATENTOS A...

Los hipermercados se han convertido en un 'activo refugio' en esta crisis incluso en los países más afectados por el coronavirus, como España o Italia. Así lo recuerda un informe que firma el analista Xavier Le Mené de BofA en el que apuesta por Carrefour como inversión.

Rami Baitiéh y Alfonso Merry del Val.

"El rendimiento en toda Europa ha sido mejor de lo que pensábamos. Los hipermercados en España han resistido muy bien pese a que algunos departamentos no dedicados a la comida se cerraron. En Italia se desarrollaron de manera positiva por primera vez desde el segundo trimestre de 2017", afirma el informe sobre la cadena que dirige en España Rami BaitiéhY algo parecido está ocurriendo en Latinoamérica, donde Carrefour ha incrementado sus ventas en Brasil en un 7,6%.

Se entiende así la prisa que tiene Anged, la patronal de los grandes de la distribución española que preside Alfonso Merry del Val, por retomar la actividad y poder reactivar el empleo.