Según el Gobierno, íbamos a salir de esta crisis con forma de 'V'. Traduzco: el PIB se hundiría este trimestre, pero la vuelta de la actividad permitiría que los españoles recuperasen la riqueza perdida en muy poco tiempo.

El Ministerio de Economía ya no es tan optimista y ahora reconoce que la caída será muy profunda y que ni siquiera cuando acabe el año que viene, habremos recuperado la renta y el empleo destruido en estos meses.

La 'V' anunciada en el momento más dramático en términos sanitarios del coronavirus tendrá también forma de 'L', letra con la que los economistas representan el estancamiento. Es lo que el Gobierno llama ahora "'V' asimétrica". Traducido al gran público: tendremos que acostumbrarnos a vivir con menos dinero y más desempleo porque la recuperación va para largo.

Lo más preocupante es que el Gobierno ha reconocido que no sabe cuándo podremos recuperar lo perdido en esta crisis al no responder a esta pregunta que han hecho varios periodistas en la rueda de prensa telemática en la que se ha presentado el cuadro macroeconómico que España ha enviado a Bruselas dentro del Programa de Estabilidad y el Plan Nacional de Reformas.

Un 'cuadro macro' que tenía que haberse presentado ayer, jueves y que se entregó a la Comisión Europea a última hora de la noche, forzando a retrasar la rueda de prensa a este 1 de mayo, Día de los Trabajadores.

El Gobierno ha reconocido que no sabe cuándo podremos recuperar lo perdido

El motivo de ese retraso es que los números no cuadran y rompen el discurso social del Gobierno. La AIReF, que avala estos datos, ha reconocido tras su presentación que "no descarta escenarios más adversos" al presentado si hay un rebrote de la pandemia y no se controlan los contagios.

Si medimos la riqueza en términos de empleo el escenario es muy doloroso. España cerró 2019 con una tasa de paro del 14,1% y este año lo hará con una tasa de paro del 19%. Pero lo más preocupante es que el próximo año esa tasa de paro será en diciembre de 2021 del 17,2%.

La vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño, ha sacado pecho al afirmar que a diferencia de lo ocurrido en otras crisis, esta vez la destrucción del PIB está siendo más rápida que la destrucción de empleo. 

Es cierto. Gracias a los ERTE (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo) que se configuraron en la reforma laboral de 2012, las empresas están contando con más flexibilidad para 'mantener el empleo'. Algo que se traduce por 'mantener la vinculación del trabajador con su compañía', porque empleo con la actividad cerrada no hay y en casos como el turismo no lo habrá, al menos como antes, en mucho tiempo.

Lo preocupante es que el próximo año el PIB volverá a crecer a mayor velocidad que el empleo. El Producto Interior Bruto pasará de una pérdida del 9,2% este año a un avance del 6,8% en 2020. El empleo pasará de presentar una tasa de paro del 19% este ejercicio al 17,2% el que viene, esto es, más de cuatro millones de parados.

Costear esos ERTE va a tener un impacto en las cuentas públicas de 17.894 millones de euros, según el dato que ha ofrecido este viernes la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

Y es que ella ha presentado los datos de la otra cara de la moneda. Con la recaudación hundida -el Estado ingresará este año 25.700 millones de euros menos-, el déficit se disparará al 10,34% de golpe (es decir, al nivel que tocó en 2012 en el peor momento de la crisis de 2008).

La deuda se disparará del 95,5% el pasado año al 115.5% el que viene. Es decir, tras la destrucción de la riqueza vendrá la factura de la reconstrucción. Y para financiarla el Gobierno recurrirá a aprobar nuevos impuestos para recaudar más.

Tras la destrucción de la riqueza vendrá la factura de la reconstrucción. Para financiarla el Gobierno recurrirá a nuevos impuestos

Montoro ha prometido que la subida de impuestos "no será masiva". Pero sí habrá una reforma fiscal con más impuestos para las grandes empresas, con la 'tasa Google', más impuestos sobre el Patrimonio y sobre los que más tienen, entre otras figuras impositivas que el Gobierno tratará de aprobar con sus escasos apoyos parlamentarios.

La situación económica podría ser aún más grave de lo anunciado este viernes, si se cumple el peor de los escenarios de las previsiones del Banco de España, algo que como publicó este periódico es muy posible por la duración y medidas del actual plan de desescalada.

Calviño ha pedido que la lectura de estas cifras se haga teniendo en cuenta que España ha sufrido con mucha más crudeza que otros países el impacto del coronavirus Covid-19 y que por tanto, hay que entender que las medidas de confinamiento han tenido que ser más estrictas que en otros países, lo que hace que el impacto económico sea mayor.

Es cierto. La pregunta que habrá que hacer por las víctimas (las mortales y las que sufrirán la nueva pobreza) es cómo fue posible que llegáramos a ese punto de descontrol de contagios, con las advertencias que nos llegaban ya no de China, sino de Italia.