Las denominadas start-ups, o compañías de fuerte crecimiento en sectores innovadores, han vivido una época dorada en la última década, apoyadas en dos factores. En primer lugar, la búsqueda de crecimiento en una época de bajos crecimientos globales; y, en segundo lugar, la gran cantidad de dinero buscando ser invertido en un contexto de tipos de interés negativos.

El proceso es el siguiente. Una persona o grupo de personas tiene una idea de negocio innovador con la que, mediante la tecnología -la tan de moda economía colaborativa o un nuevo enfoque-, esperan conseguir un crecimiento exponencial en sus clientes y ventas aunque esto suponga un largo periodo de pérdidas hasta que alcancen un tamaño y un dominio del mercado que les permita empezar a mejorar sus márgenes y obtener beneficios.

Dentro de las start-ups, se denomina 'unicornios' a las empresas que alcanzan una valoración superior a los mil millones de dólares antes de salir a bolsa.

"El problema ha aflorado cuando el flujo de dinero fácil se ha frenado y las empresas han empezado a salir a bolsa. Ahí, sus cuentas y sus modelos de negocio se han visto más exigidos. Y muchas compañías han salido malparadas"

Pero al contrario de lo que pasaba, la gran cantidad de dinero que ha fluido a este tipo de compañías ha hecho que no fuera necesario acudir a la bosa para financiar su crecimiento, con lo que cientos de empresas han alcanzado el estatus de 'unicornio'.

Compañías tan conocidas como Uber, Pinterest, Lyft, AirBnB, WeWork, Dropbox, Globo, Cabify u otras no tanto como Peloton, SmileDirectClub, Juul, Ant Financial, Theranos, etc… han obtenido, a través de diversas rondas de financiación privada, hasta decenas de miles millones para financiar su crecimiento, sin importar las pérdidas que estuviesen generando, siempre y cuando siguieran creciendo en ventas fuertemente.

El problema ha empezado a surgir cuando se ha frenado este flujo de dinero fácil y las empresas han empezado a salir a bolsa, pudiendo el resto de inversores examinar sus cuentas y valorar su modelo de negocio y perspectivas. 

Y el resultado ha sido bastante negativo para los inversores. Mientras que Pinterest ha subido un 50% desde su salida a bolsa y Dropbox se mantiene sin grandes cambios, Uber, Lyft, Peloton y SmileDirectClub han sufrido fuertes caídas. En algunos casos, superiores al 40%.

Pero aún ha sido peor en el caso de de WeWork, que a pesar de recortar su valoración en un 60% desde su última ronda de financiación, no ha conseguido salir a bolsa. Esto ha supuesto la caída de algunos de sus fundadores, como en Uber, Juul o la propia WeWork, y la llegada de una nueva directiva que pueda cortar las pérdidas y empezar a mejorar la cuenta de resultados.

A pesar de ello, si tuviera que apostar, diría que más de una de estas compañías no llegará a ser rentable nunca.

* Antonio Aspas es socio de Buy & Hold

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