En los últimos años hemos visto cómo el mercado de compraventa de carteras de deuda 'unsecured' (sin garantía), impulsado por la confianza de los inversores y la solidez del mercado, se ha afianzado en España. Solamente en 2018, siguiendo con la tendencia de los últimos ejercicios, el mercado transaccionó más de 50 operaciones con un valor agregado total que ha superado ampliamente los 15.000 millones de euros. 

Desde KRUK entendemos que este volumen de operaciones se mantendrá estable en los próximos años debido, principalmente, a dos motivos. Primero, la capacidad de los inversores para generar valor añadido en este tipo de transacciones y, segundo, la profesionalidad y seguridad en la adquisición y posterior gestión de las carteras.

No obstante, en los últimos dos o tres años hemos apreciado una evolución natural del sector en cuanto al perfil del vendedor, del comprador y de la tipología de producto. 

Cada vez son más las entidades que se están animando a vender sus carteras de deuda. Y con mayor frecuencia. Prueba de ello es que muchos vendedores, tanto los más tradicionales como los recién llegados, están apostando por la implementación de equipos internos especializados en la venta de carteras, proceso que se entiende como un paso más dentro del ciclo de vida del crédito.

COMPRADORES Y PRODUCTOS

Por el lado de los compradores observamos una participación más activa del inversor institucional que, basándose en sus ventajas operativas tiene un perfil estratégico orientando en el largo plazo. El inversor cortoplacista, más oportunista, está ahora planteando estrategias de salida que están derivando en operaciones en el mercado secundario. 

En cuanto a la tipología de producto vemos que las entidades financieras, impulsadas por la legislación europea, se están animando a vender antes y con mayor frecuencia, lo que implica un nivel de deuda “más fresca”. Además, siguiendo el modelo de otros países europeos, se están empezando a plantear instrumentos que favorecen las relaciones a largo plazo entre vendedores y compradores, como la estructura de 'forward flow' o venta recurrente, que fomentan la cooperación entre ambas partes y ayudan a crear sinergias con resultados beneficiosos para ambas partes.

Y si atendemos a la fase de gestión de los portfolios, también podemos ver cómo se está consolidando la dirección que desde compañías como KRUK tomamos ya hace muchos años y que, sin duda, es la más beneficiosa para todos: la construcción de relaciones más humanas, basadas en la búsqueda de soluciones personalizadas con cada entidad o persona deudora. Se trata de un modelo dinámico y facilitador que garantiza la efectividad y, además, mantiene un alto nivel de satisfacción tanto para el deudor como para el cliente.

En definitiva, desde KRUK pronosticamos un futuro del mercado 'NPL unsecured' (préstamos dudosos sin garantía) en España muy positivo basado en la alta profesionalización y el valor añadido que venimos ofreciendo las compañías del sector de recobro, así como la nueva aproximación al proceso de venta de carteras por parte de los vendedores y la búsqueda de mecanismos de cooperación a largo plazo entre compradores y vendedores. Y todo ello con un enfoque cada vez más comprensivo con la situación del deudor y basado en la búsqueda de acuerdos beneficiosos para ambas partes.

Francisco Álvarez, director de inversiones en NPL y desarrollo de negocio de KRUK España.