España vuelve a superar las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la tasa de cesáreas sobre el número de nacimientos. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 26% de los nacimientos en 2018 fue mediante cesárea.

El organismo internacional apuntaba ya en 1985 a un porcentaje de entre el 10 y el 15% para las cesáreas. Sin embargo, la OMS es consciente de que la tasa no ha dejado de aumentar “tanto en países desarrollados como en países en desarrollo”. Un aspecto que los profesionales insisten en revisar por los riesgos que pueden suponer para la mujer.

Pero la sanitaria no es la única consecuencia de las cesáreas. Y es que el hecho de que España supere las recomendaciones de la OMS también tiene un impacto económico. El INE reveló la semana pasada el número de nacimientos en nuestro país en 2018. En total, nacieron 372.777 niños, de los cuales 274.973 fueron partos naturales y 97.804 fueron por cesárea.

Si se cruzan esos datos con el coste de los procesos correspondiente a 2017 (último disponible) publicado también por Sanidad, se deduce que el Sistema Nacional de Salud gastó 400.000 euros en partos por cesárea en el último año. Una cifra que podría verse reducida si España consiguiese cumplir con las recomendaciones de la OMS en materia de cesáreas.

El coste medio de un parto vaginal en España fue de 2.303,6 euros, según el Ministerio de Sanidad en 2017. Las cesáreas, en cambio, supusieron 4.105,5 euros por intervención, según el mismo documento. Una cifra que casi duplica la del parto natural y que en España tiene más de uno de cada cuatro nacimientos. El Ministerio calcula el coste en base a la estancia media en el hospital: 2,71 días en caso de parto vaginal; 4,43, en caso de cesárea.

Se trata de una cifra preocupante y de la cual Sanidad es plenamente consciente. De hecho, dentro de la Estrategia de Atención al parto normal en el Sistema Nacional de Salud (2012), se recomienda “implementar programas para la racionalización de las tasas de cesáreas”. Pero no ha sido suficiente, la tasa sigue aumentando.

La tasa de cesáreas en España en 2017 fue del 24,4%, según la OCDE. Ya en ese año, la tasa española está por encima de Noruega (16%), Islandia y Países Bajos (16,2%), Finlandia (16,5%), Suecia (16,6%), Lituania y Estonia (19,4%), Francia (19,7%), Dinamarca (20,4%), Bélgica (21%), Eslovenia (21,4%), Letonia (22,3%) y República Checa (23,8%).

Es significativo, además, que pese a se trata de tasas inferiores, ninguno de los países europeos cumple con las recomendaciones de la OMS. Por detrás de España, se sitúan Reino Unido, Luxemburgo, Austria, Alemania, Irlanda, Suiza, Italia y Hungría. Polonia es el país donde mayor número de cesáreas se produce por cada 1.000 nacimientos.

Para el sector sanitario es preocupante que esta tasa cada vez sea más elevada, tanto por su repercusión médica como por su coste económico.

Ninguna CCAA cumple con la OMS

Por Comunidades Autónomas, ninguna cumpliría estrictamente con las recomendaciones de la OMS. Sin embargo, la que está en mejor senda es el País Vasco, con una tasa del 15,8%. Navarra y Asturias también tienen tasas inferiores al 20%.

En el otro lado de la balanza, la Comunidad Valenciana tiene una tasa de cesáreas del 30,6%, Extremadura un 29,4% y Melilla un 28,7%. Cataluña, Andalucía, Castilla-La Mancha y Murcia también superan la media nacional.

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