Al comenzar la última vuelta de una competición de atletismo los jueces hacen sonar una campana. Esta alerta avisa a los atletas de que se enfrentan a los últimos metros de la carrera. El tintineo les indica que llega el momento de poner toda la carne en el asador para imponerse a sus rivales. De sacar toda la energía y de exprimir las capacidades adquiridas durante meses de duro entrenamiento.

Esta semana el grupo Volkswagen va a hacer sonar su campana.

La compañía alemana presentará este lunes su estrategia para uno de los segmentos con más potencial de la nueva era de la movilidad eléctrica: los vehículos urbanos. Con motivo de la celebración del IAA Mobility en Múnich, el gigante automovilístico va a desvelar sus planes y conceptos para aquellos coches con los que quiere liderar los desplazamientos en las ciudades. 

Un segmento clave tanto para Seat como para las plantas españolas del grupo Volkswagen en la nueva era electrificada y conectada de la automoción. Llega la hora de que el conglomerado alemán anuncie las decisiones que fijarán qué modelos se van a fabricar y qué instalaciones se harán con la carga de trabajo en uno de los momentos más importantes de la historia de esta industria.

Y es que, si ya las asignaciones de modelos han sido claves para la salud de las plantas en el pasado, las decisiones que se tomen durante los próximos meses definirán su viabilidad futura.

La diferencia con otras ocasiones es que, de la mano de los modelos eléctricos, vendrán las inversiones necesarias para transformar y adecuar las plantas a las nuevas necesidades. Contar con carga de trabajo eléctrica supondrá una decisión de vida o muerte para muchas instalaciones.

Asignaciones de modelos 

A lo largo de los próximos días el grupo Volkswagen mostrará en Múnich los detalles previos a la asignación de los futuros modelos. Tras desvelar su estrategia urbana, se espera que a lo largo del otoño, entre octubre y noviembre, la compañía dé a conocer qué instalaciones serán las encargadas de fabricar estos nuevos modelos. Para ello, el gigante alemán cuenta con un comité que se dedica a tomar estas decisiones en base a criterios puramente técnicos

Según este proceso, las plantas reciben unas puntuaciones en diferentes conceptos. Estas valoraciones se alinean con las necesidades concretas de los modelos y con las inversiones necesarias para poner en marcha estos lanzamientos. Los resultados deciden a qué factorías del grupo se les asignan unos modelos, unos volúmenes de producción y unas inversiones.

Lo que sí parece claro es que las plantas españolas llegan con los deberes hechos a este momento crucial. Tras meses de especulaciones, Herbert Diess, CEO del grupo Volkswagen anunció el pasado mes de julio que España tenía muchas papeletas para convertirse en un pilar estratégico del futuro eléctrico de la compañía.

"Estamos dispuestos a establecer toda la cadena de valor de la movilidad eléctrica en España, incluida la producción de vehículos eléctricos, así como sus componentes, y una nueva fábrica de baterías del grupo", explicó el máximo ejecutivo de la compañía. Una decisíon en la que la puesta en marcha del PERTE del vehículo eléctrico dentro del Plan de Recuperación y Resiliencia del Gobierno ha jugado un papel crucial.

De confirmarse esta voluntad, tras Suecia y Alemania, España se convertiría en la tercera ubicación de una de las seis gigafábricas que Volkswagen ha proyectado para Europa.

Esta instalación será clave para el futuro de las plantas españolas. Contar con capacidad de producción del elemento clave de los nuevos modelos en el país facilitará a las factorías españolas alcanzar unos costes de producción muy competitivos. 

Objetivo: España Hub multimarca

En este contexto, Seat también aprovechará el evento de Múnich para mostrar su propuesta de vehículo eléctrico urbano. El próximo 7 de septiembre verá la luz el denominado como UrbanRebel Concept. La marca española apuesta por Cupra para esta misión.

En palabras del presidente de Seat, Wayne Griffits, la compañía presentará "una interpretación radical del coche eléctrico urbano que lanzaremos en 2025. Este prototipo enfocado a la competición deja ver el lenguaje de diseño que inspirará al futuro modelo de producción”.

"El vehículo eléctrico pensado para la urbe es un proyecto estratégico clave, no solo para nuestra compañía, sino también para el grupo Volkswagen. El objetivo es producir más de 500.000 coches eléctricos urbanos al año para diferentes marcas del grupo en la planta de Martorell. El coche eléctrico urbano democratizará y hará accesible la electro movilidad a las masas", explicó Griffits.

En estas palabras del máximo ejecutivo de Seat se encuentra la clave del futuro de las plantas españolas. Todo parece indicar que Volkswagen quiere optar por un gran centro de producción para el segmento urbano que manufacture la gran mayoría de los modelos de este segmento para las principales marcas comerciales del grupo alemán.

Si se cumplen las expectativas, las plantas españolas se equiparían con las plataformas sobre las que se fabricaría la primera generación de modelos urbanos de Volkswagen, Seat, Cupra, Audi o Skoda.

Una decisión que cambiaría sensiblemente el actual modelo productivo de Martorell e, implícitamente, de la planta del grupo Volkswagen de Landaben, en Navarra. Pese a que la factoría catalana ya sabe lo que es producir diferentes modelos del grupo alemán, esta decisión convertiría a ambas instalaciones en el centro productivo de los modelos urbanos del conjunto del grupo.

Lo que supondría también un cambio importante para la relación entre ambas fábricas, que pasarían a estar más unidas y a tener que trabajar de forma más complementaria y coordinada que nunca. 

Así las cosas, la semana que arranca supondrá el comienzo de los metros finales para que Seat y las plantas españolas del grupo Volkswagen alcancen la meta para la que llevan años preparándose.

Un logro que, de confirmarse, se traducirá en años de estabilidad laboral para Martorell y Landaben y de grandes oportunidades para el resto de la industria auxiliar española. Está claro que la medalla merece la pena. 

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