Bruselas

El pleno del Parlamento Europeo ha aprobado este martes de forma definitiva la ambiciosa reforma legal que tiene como objetivo poner coto al poder de los gigantes digitales de Estados Unidos, como Google, Facebook o Amazon. Una auténtica 'Constitución digital europea' que estructurará la organización del mundo virtual en los próximos decenios.

La reforma consta de dos pilares: la Ley de Servicios Digitales, que ha salido adelante por 539 votos a favor, 54 en contra y 30 abstenciones; y la Ley de Mercados Digitales, aprobada con 588 votos a favor, 11 en contra y 31 abstenciones. Ambos textos ya habían sido objeto de un acuerdo previo con los Gobiernos de los 27. Se espera que las nuevas reglas se empiecen a aplicar progesivamente desde principios de 2023.

"Finalmente, estamos construyendo un mercado digital único, el más importante del 'mundo libre'. Se aplicarán las mismas reglas predecibles en toda la UE, para nuestros 450 millones de ciudadanos, brindando a todos un espacio digital más seguro y justo", ha celebrado el comisario de Mercado Interior, el francés Thierry Breton.

"Las tecnológicas se han beneficiado durante largo tiempo de la ausencia de reglas. El mundo digital se ha convertido en el 'salvaje oeste', en el que los más grandes y más fuertes fijan las reglas. Pero ha llegado a la ciudad un nuevo sheriff, la Ley de Servicios Digitales", asegura la ponente parlamentaria de esta norma, la socialista danesa Christel Schaldemose.

"Ya no vale lo de la 'supervivencia del más fuerte'. El objetivo del mercado único digital es que Europa reciba a las mejores compañías y no sólo a las más grandes. Por eso debemos centrarnos en la aplicación de la legislación", sostiene el ponente de la Ley de Mercados Digitales, el eurodiputado popular alemán Andreas Schwab.

[La UE aprueba la ley que obligará a las plataformas a reforzar los controles sobre contenidos ilegales]

La Ley de Mercados Digitales establece una lista de una veintena de obligaciones y prohibiciones que se aplicará de forma preventiva y automática a las plataformas con poder de mercado en Europa. Es decir, sin necesidad de que Bruselas tenga que realizar una larga investigación previa para demostrar daños a los consumidores.

En la práctica, los usuarios de móviles tendrán una mayor libertad de elección, ya que podrán instalar aplicaciones directamente o a través de tiendas alternativas al App Store de Apple o el Play Store de Google. Además, la norma establece una obligación de interoperabilidad para los grandes servicios de mensajería instantánea: si un usuario utiliza Signal, podrá enviar mensajes a los abonados de WhatsApp, por ejemplo.
Si las grandes plataformas no cumplen estas nuevas normas, Bruselas podrá imponer multas de hasta el 10% del volumen de negocios anual en todo el mundo. Para los reincidentes, la multa puede subir hasta el 20% del volumen de negocios. Si una compañía vulnera sistemáticamente la Ley de Mercados Digitales (al menos tres veces en ocho años), la Comisión Europea abrirá una investigación de mercado y podrá imponer medidas correctivas estructurales, incluida la desmembración de la compañía.
Por su parte, la Ley de Servicios Digitales obliga a las plataformas digitales a establecer un mecanismo para que los usuarios puedan denunciar fácilmente la presencia de bienes, servicios o contenidos ilícitos en línea, que deberán ser retirados de forma urgente.
También contempla salvaguardias para que los consumidores puedan impugnar decisiones de moderación y restablecer contenidos suprimidos erróneamente. En materia de transparencia, la Comisión Europea y los Estados miembros tendrán acceso a los algoritmos de las plataformas más grandes.
La norma consagra un principio básico: lo que es ilegal en el mundo físico debe ser también ilegal en el mundo online. En caso de incumplimiento, los gigantes tecnológicos se enfrentan a multas que podrían llegar al 6% de su volumen de negocios total el año anterior.

Durante la negociación final con la Eurocámara, se han introducido nuevas disposiciones para limitar la publicidad personalizada en internet. Esta práctica estará totalmente prohibida en el caso de los menores. Tampoco se podrá hacer publicidad personalizada sobre la base de categorías especiales de datos que permiten dirigirse a grupos vulnerables. Por ejemplo, los basados en la orientación sexual, religión o etnia.

La Ley de Servicios Digitales prohíbe además manipular las decisiones de los usuarios a través de los denominados "patrones oscuros". Cancelar la suscripción de un servicio deberá ser tan fácil como suscribirse.

Noticias relacionadas