Christine Lagarde, presidenta del BCE.

Christine Lagarde, presidenta del BCE. E.E. E.E.

La tribuna

Y entonces… ¿cuál va a ser el papel de los bancos centrales?

26 noviembre, 2021 05:30

Son muchos los meses que llevamos hablando de la inflación y de sus efectos sobre los mercados financieros. En las últimas semanas, el debate se ha centrado en si será persistente o transitoria; si se quedará muchos años o simplemente será algo tan temporal que en meses (¿en la primera mitad del 2022?) se reequilibrará y volverá a niveles más normales.

Bien está lo que bien acaba. Y esto podría ser que nos demos cuenta de que la presión inflacionaria es transitoria a estos niveles tan altos, pero será persistente en el medio plazo en niveles por encima de la media de los últimos diez años (3% en EE.UU. y 2% en la UE).

Pero, lo verdaderamente importante es tener claro cuál es el verdadero problema. Y el problema no es la inflación en sí misma, sino la duración de la misma y la reacción de los bancos centrales a dichos niveles.

El crecimiento se va a ralentizar, lo que implicará políticas monetarias cada vez menos acomodaticias y una inflación cada vez más ralentizada. ¿Por qué? Porque los altos niveles de inflación detraen de los ingresos disponibles reales, haciendo que la demanda baje, además de la inflación y la política fiscal.

Pero si hay un verdadero riesgo al que nos enfrentamos es la reacción de los bancos centrales. Si cometen un error en el análisis de los datos económicos (es un hecho que la inflación se ha deteriorado en octubre). Si se dejan llevar por el ruido alrededor de la inflación (los partidarios del "persistente" son muchos y muy ruidosos). Si se vuelven tuertos y dejan de mirar al crecimiento (y su consiguiente generación de empleo) para enfocarse únicamente en la inflación…

El problema no es la inflación en sí misma, sino su duración y la reacción de los bancos centrales a dichos niveles

Si alguna de estas variables tienen lugar la reacción puede ser muy cuestionable y peligrosa a través de una subida de tipos de interés demasiado temprana, fuerte y rápida.

Desde un punto de vista de mercados financieros, tal reacción genera las preguntas habituales: ¿acabarán con los mercados alcistas? ¿Producirá una contracción en los mercados? Lo que seguro que ocurrirá será que la liquidez, que sigue siendo sobradamente abundante hoy, deje de ser un clavo al que agarrarse.

Si actualmente no es tan abundante como lo era hace meses (podríamos decir que estamos en un entorno de liquidez normalizado), en el escenario descrito sería realmente escasa y ayudaría a que los mercados cambiaran la tendencia.

¿Qué quiere decir esto para nuestras carteras de inversión en mercados financieros? En mi opinión, que debemos seguir teniendo un posicionamiento pro riesgo pero, al mismo tiempo, suficientemente prudente debido a que el potencial abanico de escenarios negativos, por potenciales incoherencias o sobresaltos de los bancos centrales, se ha ensanchado.

Esto nos permitirá seguir recogiendo beneficios al calor del empuje de los activos de riesgo, sabiendo que hoy estamos en un mercado más normalizado, históricamente hablando. Un mercado que no hace que todo suba sin hacer distinciones, debido a una recuperación que, en realidad, no es tal, sino más bien un reinicio… hasta ahora.

*** Gonzalo Pradas es director de Openbank Wealth.

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