China es la segunda economía y el segundo mercado de valores del mundo, con una capitalización superior a los 10 billones de dólares. Sin embargo, las acciones clase A sólo representan el 0,6% del índice MSCI All Countries World. En el pasado, el mercado interno de China era de difícil acceso para los inversores mundiales, pero en los últimos años se ha abierto y liberalizado notablemente.

Como reflejo de este progreso, los proveedores de índices están añadiendo progresivamente las acciones clase A a sus índices de referencia mundiales. Pero, ¿por qué invertir en China? La respuesta es el crecimiento. La economía china es cada vez más autosuficiente y su éxito se debe a factores internos, como los consumidores chinos.

Sus mercados de capitales siguieron funcionando relativamente bien el año pasado, a pesar de la Covid-19 y las tensiones geopolíticas. El turismo interno se ha recuperado, mientras que el consumo doméstico en los segmentos premium se está recuperando bien. Este reinicio económico más temprano ofrece a los inversores una mayor claridad sobre las perspectivas de beneficios de las empresas chinas.

Por supuesto, una de las incógnitas que aún se mantiene es cómo evolucionarán las tensiones entre EEUU y China bajo la presidencia de Biden. Si continuamos con las medidas lideradas por EEUU para restringir el acceso de su rival a la tecnología, esto podría frenar la recuperación económica del país. Sin embargo, la asertividad del gigante asiático a la hora de gestionar las tensiones con EEUU se sustenta en los cambios de su propio modelo económico.

Estimular la demanda interna es un pilar fundamental para reequilibrar su economía hacia el consumo y los servicios, aunque siga abierta a la participación internacional. Los economistas de nuestro Research Institute prevén que el dato del producto interior bruto (PIB) nominal de China superará al de EEUU en 2035.

Si continuamos con las medidas lideradas por EEUU para restringir el acceso de su rival a la tecnología, esto podría frenar la recuperación económica

El índice MSCI China A Onshore fue uno de los más rentables del mundo en 2020, y su capitalización de mercado superó por primera vez la barrera de los 10 billones de dólares, de acuerdo con Bloomberg, enero de 2021. El mercado es profundo y líquido, con más de 3.800 acciones clase A, incluidas empresas que operan en sectores de la nueva economía de rápido crecimiento a las que no se puede acceder fácilmente en el extranjero. Ofrece, además, la vía más diversificada para acceder al crecimiento de China.

El rally experimentado por China el año pasado recibió su impulso tanto de los inversores nacionales como de los extranjeros. Desde el lanzamiento de Stock Connect en 2014, las acciones clase A han atraído 170.000 millones de dólares en entradas netas desde el extranjero. Dicho acuerdo creó un vínculo de negociación que une las bolsas de Hong Kong con Shanghái y Shenzhen, y en general, resolvió las preocupaciones de los inversores extranjeros sobre la falta de acceso directo al mercado.

La incorporación de las acciones clases A en los principales índices de referencia debería generar más flujos de capital de instituciones extranjeras. En nuestra opinión, la clave para encontrar valor para el accionista radica en identificar las empresas que se beneficiarán de todo esto. Creemos que el aumento de la renta disponible estimulará la demanda de productos sanitarios, de servicios de gestión del patrimonio, de seguros y de bienes y servicios de lujo.

Un billete de dólar sobre una plancha de billetes de yuanes chinos.

Los catalizadores del crecimiento estructural, como la adopción de energías renovables, las aplicaciones en la nube, el 5G, el comercio electrónico y la inteligencia artificial, también permanecen intactos. La energía renovable nunca ha sido más barata, y China domina las cadenas de suministro mundiales de renovables y baterías. Por todo esto, creemos que el sector tiene un futuro brillante.

Además, la negociación de las acciones clase A sigue estando dirigida por inversores minoristas que se dejan influir más por los titulares de las noticias que por los fundamentales de las compañías. Esto crea un terreno fértil para los stock-pickers activos, ya que es común encontrar compañías incorrectamente valoradas.

A pesar del creciente interés por las acciones chinas clase A, la inversión sostenible en empresas del país es una cuestión que suelen plantear los posibles inversores extranjeros. Sin embargo, hoy en día estas están colaborando con los gestores de activos más estrechamente que nunca. Cada vez son más conscientes de su huella de carbono y se dan cuenta de que, aplicando prácticas sostenibles, pueden mejorar la percepción de marca, la fidelidad de los clientes y, en última instancia, el precio de las acciones.

Las compañías que sean capaces de mostrar cómo priorizan la sostenibilidad verán impulsada su rentabilidad y, por consiguiente, el interés de los inversores

También se comprometen con los factores sociales, como es la forma en que interactúan con empleados, proveedores y con la sociedad en general. Las compañías que sean capaces de mostrar cómo salvaguardan los datos de los clientes, priorizan la sostenibilidad medioambiental, fomentan una buena cultura de personal y mantienen elevados estándares en su cadena de suministro, contarán con una buena percepción por parte de sus clientes. Esto impulsará la rentabilidad y, por consiguiente, el interés de los inversores.

El hecho de que muchas empresas chinas estén ahora dispuestas a comprometerse en todos los aspectos de la gestión y la creación de un negocio nos ha dado la confianza necesaria para aumentar nuestras exposiciones en China. Creemos que la selección de empresas con sólidas credenciales ASG (ambientales, sociales y de gobernanza) mejora nuestras posibilidades de invertir en empresas ganadoras a largo plazo y de evitar fracasos y escándalos corporativos con pérdidas.

Sin duda, los mercados de capitales de China han seguido funcionando muy bien a pesar de un año difícil para la mayoría de los mercados. El aumento de la participación extranjera, apoyado por las oportunidades de crecimiento estructural vinculadas a una creciente clase media, respalda nuestra perspectiva positiva sobre este mercado y pone de relieve que los inversores no expuestos a China corren el riesgo de perderse su fuerte potencial de crecimiento.

***Nicholas Yeo es director de renta variable China y Hong Kong de Aberdeen Standard Investments