Los graves disturbios vividos ayer en EEUU con el asalto al Capitolio por parte de seguidores de Donald Trump podría haber desencadenado una jornada de fuertes turbulencias en la principal plaza financiera del mundo, a tenor de la tensión política vivida en el país. Sin embargo, Wall Street no solo reaccionó con calma, sino que el Dow Jones, uno de los principales índices del parqué neoyorquino, llegó a tocar máximos históricos de 31.022 puntos a lo largo de la jornada.

Lo mismo ha ocurrido en la apertura de las bolsas europeas, todas ellas con subidas que se han ido desinflando en los primeros compases de negociación. Pero no precisamente por la tensión política vivida en la jornada de ayer, sino por el lastre de los valores turísticos, demostrando que otros factores como el impacto de la pandemia pesan más que un evento que, por muy histórico y grave en términos democráticos que sea, no va a evitar que Joe Biden asuma la presidencia de EEUU el próximo 20 de enero.

Es decir, los mercados, que siempre descuentan expectativas futuras, han optado por dar por hecho que el asalto al Capitolio del 6 de enero ha sido un golpe puntual, pero a largo plazo lo que seguirá moviendo las decisiones de los inversores y grandes fondos serán los planes económicos del nuevo presidente del país y cómo afectarán estos a los resultados empresariales de las cotizadas que tienen en cartera.

Un susto de corto plazo

“Después de los disturbios en Washington D.C., el conteo de votos electorales continuó y era sólo cuestión de tiempo que el Congreso ratificase oficialmente a Joe Biden como presidente electo”, explican los analistas de Julius Baer.

Desde el departamento de análisis de Bankinter coinciden en que “el conflicto ha sido casi ignorado por un mercado que se ilusiona con más estímulos”. Una ilusión que responde, de hecho, a una interpretación positiva de la victoria demócrata en el Senado al conseguir los dos senadores por Georgia en las elecciones del miércoles.

Estos comicios han sido los que realmente han movido las bolsas en las últimas sesiones, y los inversores han reaccionado al alza ante la previsión de que el control control de ambas cámaras, además de la propia presidencia, suponga estímulos más generosos para la economía.

Del mismo modo, la representación demócrata tan ajustada implica que Biden tampoco tendrá fácil aprobar ciertas medidas que no suelen sentar bien a las bolsas, como la subida del impuesto de sociedades prevista para financiar más gasto público.

“Es tal vez el escenario ideal. Una mayoría de 50/50 +1 en el Senado podría ser justo lo que receta el médico: Suficiente para sacar adelante más estímulos, pero no lo suficiente para conseguir que se hagan las subidas de impuestos”, explica Jack Janasiewicz, portfolio manager en Natixis Investment Managers.

“Esta visión constructiva se impone, por ahora, ignorando las consecuencias de los disturbios en el Congreso que impidieron que la sesión bicameral confirmara la victoria de Biden (algo que ya ha sucedido hoy), así como los riesgos de más impuestos y regulación que puede traer esta mayor libertad para la presidencia demócrata”, indican los expertos de Bankinter.

Es decir, con los futuros de Wall Street al alza, si el mercado finalmente se da la vuelta y hoy termina cotizando en rojo, será más bien por la caída de valores perjudicados por las propuestas de política económica y fiscal de Biden (como las tecnológicas), y no por el asalto en Washington. Incluso por una recogida de beneficios tras las subidas del miércoles. Pero la visión de los expertos a medio plazo sigue siendo alcista. Y la insurrección de Trump no será suficiente para cambiar esa valoración. 

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