El mundo se encuentra inmerso en una guerra abierta contra la pandemia y el sector sanitario está en la primera línea de batalla. Afortunadamente, y según la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización (GAVI, por sus siglas en inglés), la carrera para desarrollar tratamientos para la Covid-19 destaca tanto por su velocidad como por su alcance.

La sanidad ha sido uno de los sectores con mejores rendimientos en los últimos años y uno de los más resistentes hasta la fecha durante el coronavirus. Es de esperar que los servicios sanitarios se hayan mostrado relativamente firmes hasta cierto punto. Después de todo, seguimos necesitando asistencia médica, y más aún en estos tiempos de crisis.

No obstante, el sistema sanitario también se enfrenta a vientos en contra, lo que se traduce en la posibilidad de ciertas volatilidades en el corto plazo para el sector. El distanciamiento social está teniendo importantes repercusiones económicas, y las compañías sanitarias no se han librado del todo. Los proveedores de servicios médicos han sido los más afectados del sector, ya que casi toda la actividad programada se ha suspendido para centrarse en la contención y el tratamiento de la pandemia.

El distanciamiento social está teniendo importantes repercusiones económicas y las compañías sanitarias no se han librado del todo

El efecto de la Covid-19 en las acciones del sector hasta el primer trimestre de 2020 ha sido muy variado. Por ejemplo, el rendimiento de los biofármacos se ha visto dividido. Las empresas que se esperaba que desempeñaran un papel importante en el desarrollo de una terapia o una vacuna han superado de forma significativa las expectativas.

Varias compañías están trabajando en antivirales y vacunas candidatas para la Covid-19, pero los beneficios económicos de cualquiera de estas terapias siguen sin estar claros dada la incertidumbre de la duración de la pandemia y de los términos de pago permitidos ante una vacuna.

Muchos países invertirán y aumentarán la capacidad y solidez de sus sistemas sanitarios

Cuando las aguas se calmen, muchos países invertirán y aumentarán la capacidad y solidez de sus sistemas sanitarios con el fin de prepararse para futuras pandemias. Esto podría incluir un nuevo planteamiento en cuanto a la aproximación y flexibilidad de las cadenas de suministro y producción para estar más cerca del consumidor final.

A pesar de estos desafíos, los aspectos fundamentales a largo plazo que sustentan el sector permanecen intactos. En primer lugar, la población mundial está envejeciendo, especialmente en muchos países desarrollados. Es probable que esto impulse la demanda de los servicios sanitarios y aumente los ingresos de toda la industria.

Además, en muchas economías en desarrollo, incluidas China y otras regiones de Asia, el incremento de la riqueza y la voluntad de aumentar el gasto en asistencia médica y calidad de vida seguirá siendo positivo para la industria.

Asimismo, se están llevando a cabo enormes progresos en ciertos campos de la industria; en áreas como el desarrollo de dispositivos médicos que utilizan tecnología avanzada, así como en la edición del genoma, la terapia genética y la medicina de precisión.

¿Cómo deberíamos invertir en el sector sanitario?

La inversión en este sector es compleja y requiere comprender la evolución de la telemedicina y la robótica, entre otros. Un enfoque recomendado es la gestión activa que ofrece los beneficios de la diversificación, junto con una selección de valores cualificada.

Un equipo típico de gestión de fondos de asistencia sanitaria estaría compuesto por un gran número de especialistas que tienen experiencia considerable en todo el espectro del sistema sanitario: biofarmacia, servicios de asistencia sanitaria y tecnología médica.

El incremento de la riqueza y la voluntad de aumentar el gasto en asistencia médica seguirá siendo positivo para la industria

Esto daría a los inversores una ventaja para capitalizar mejor la compleja naturaleza de la industria. Aun así, los inversores también pueden considerar los ETF, que replican las tendencias de los índices de salud, pero no se gestionan activamente.

***James Cheo es director de Estrategia de Mercado del Sureste Asiático, HSBC Private Banking