El mercado mundial de vehículos eléctricos se ha multiplicado por seis desde 2013 y duplicado desde 2015. La cuota pasó de un 2,1% en 2018 al 2,5% en 2019. Es decir, uno de cada cuarenta coches nuevos vendidos fue enchufable.

Además, 2019 representa el mejor año para las ventas de coches eléctricos de la historia con 2.210.000 unidades. La mayor parte, el 74%, fue en vehículos de 100% enchufables. Lo que implica la necesaria evolución de las baterías.

Según George Saffaye, en la industria están surgiendo algunas tecnologías nuevas interesantes, como las baterías de estado sólido, que son potencialmente más seguras y fiables que las baterías actuales de los vehículos.

Sin embargo, cada tecnología nueva tiene sus ventajas y sus desventajas. Pero por muy emocionantes que puedan ser algunos de estos posibles avances, Saffaye prefiere mantener la cautela. “No todos son rentables, y ni siquiera la nueva tecnología más prometedora es viable hasta que pueda producirse en masa fácilmente”, advierte.

En su opinión, las empresas continuarán prefiriendo las tecnologías más antiguas, cuyos costes son más bajos en términos de dólares por kilovatio. Por ello, espera mejoras graduales en los costes y en la autonomía de los tipos de baterías existentes, en lugar de anuncios revolucionarios que solo podrían ser viables a largo plazo (más de 10 años).

Oportunidades de inversión

Aunque las acciones del sector se han comportado bien en lo últimos meses e incluso se han visto como un sector refugio entre las intensas caídas por la Covid-19, Saffaye considera que todavía se pueden encontrar diversas oportunidades. “La revolución de la electrificación y el transporte está dando sus primeros pasos. La penetración de los vehículos eléctricos e híbridos (y de las baterías) en Europa está entre el 5% y el 10%. La implementación de normativas más estrictas impulsará su crecimiento”, afirma.

 

Como ejemplo, los europeos están implementando un plan agresivo de reducción de carbono que no se ha visto afectado por la pandemia, China está avanzando agresivamente y Corea también lanzó recientemente un plan de electrificación muy agresivo.

Imagen de la toma de electricidad de un híbrido enchufable.

Y aunque no es tan amplio, el estado de California también creó un plan para la reducción de las emisiones de los vehículos comerciales, y otros estados de EEUU replicarán las normativas de California. Este contexto sirve como catalizador de nuevas oportunidades para los inversores.

 

Sin embargo, el experto indica que este no es un escenario en el que todos ganan. “Existe un puñado de empresas globales líderes en el mercado de baterías para vehículos eléctricos”, afirma. “El desarrollo y la producción de baterías para vehículos eléctricos requieren un capital importante, lo que es una barrera de entrada para las empresas nuevas y favorece a las grandes y bien capitalizadas que compiten dentro del segmento. De nuevo, no vemos a un ganador, sino a varias empresas grandes con muchas oportunidades de crecimiento”, argumenta.

Una de las vías para invertir en baterías es buscar compañías que las fabrique. Actualmente, el 60% de los productores de baterías del mundo son asiáticos. Las compañías chinas CATL y BYD, las surcoreanas LG Chem, Samsung SDI y SK Innovations y la japonesa Panasonic reinan en el mercado.

La experiencia de Europa

En Europa, se está despertando el interés por controlar sus propios recursos e industrias, y a finales de mayo, Emmanuel Macron anunció la creación de una empresa conjunta entre Peugeot (PSA), Renault y Total de creación de baterías para vehículos eléctricos e híbridos. En EEUU, Tesla es el primero productor de baterías eléctricas del país y el quinto del mundo, gracias a la empresa conjunta con Panasonic.

Otra posible alternativa son los fondos de inversión que tengan posicionamiento en estas empresas pero que diversifiquen su inversión. El RobecoSAM Smart Energy, tiene en su cartera varias compañías de semiconductores.

Su objetivo de inversión es proporcionar la revalorización del capital a largo plazo invirtiendo como mínimo dos tercios de su patrimonio en acciones y otros valores de participación en capital de empresas que tengan su domicilio o realicen una parte sustancial de su actividad económica en países reconocidos y ofrezcan tecnologías, productos o servicios en el área de las energías del futuro o garanticen una utilización eficiente de la energía, así como una elevada sostenibilidad.

Su rentabilidad a un año es del 21,82%, mientras que a cinco años aporta un 13,77% y a diez, un 6,77% anual. Su rentabilidad acumulada a diez años es del 92,55%.

¿Cuánto puedo ganar invirtiendo a largo plazo?:

Otro fondo que tiene posición en estas empresas es el Allianz Global Artificial Inteligence. Aunque invierte en empresas de todo el mundo relacionadas con la evolución de la inteligencia artificial, tiene un fuerte sesgo hacia la industria automotriz. A un año cuenta con una rentabilidad del 46,24%, mientras que a tres es del 24,12%. En los últimos tres años ha acumulado una rentabilidad del 91,45%. Al igual que el Robeco Smart Energy su objetivo de inversión es a largo plazo.

También para inversores a largo plazo, el BNY Mellon Mobility Innovation invierte globalmente en compañías que se centran en la innovación del transporte y de las tecnologías relacionadas con él. Tiene posiciones en las cuatro áreas CASE (conectividad, vehículos autónomos, uso compartido y electrificación).

El 15% lo invierte en empresas de semiconductores y equipos electrónicos, frente al 5% de su índice de referencia. Su universo de inversión está en expansión, pasando de 175 acciones en enero de 2018, cuando la estrategia se lanzó por primera vez en Japón, a más de 300 acciones de empresas. Su rentabilidad a un año es del 30,90%, mientras que el año es del 15,81%.

Otra opción para invertir en baterías es hacerlo a través del ETF Battery Value-Chain. Este producto ofrece exposición a toda la cadena de valor de las baterías y a industrias que necesitan de ellas, como es el caso de la automoción. El producto está diseñado para replicar el índice Solactive Battery Value-Chain. Creado en 2018, acumula un rentabilidad del 23,65% en el año. Mientras que en 2019 obtuvo un 12,1%.

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