Wall Street cierra una semana en negativo, pese a que en la sesión de este viernes las acciones americanas tiraron hacia arriba. Las dudas sobre el precio del petróleo, los malos datos macro y la falta de avances en una vacuna contra el coronavirus han sido los principales market movers entre los inversores esta semana. 

En la jornada de este viernes las peticiones de bienes duraderos excluida la aviación no solo no han caído en el mes de marzo, sino que se han incrementado en un ligerísimo 0,1%. Un porcentaje poco significativo por sí mismo, pero que cobra una importancia clave en este contexto de confinamiento y más si se considera que los economistas esperaban un retroceso de nada menos que el 6%.

El Dow Jones se ha dejado un 1,93% en la semana, aunque cierra en los 23.775 puntos. El S&P 500 ha perdido un1,32%y asalta por la mínima los 2.800 puntos. En los 8.634 puntos, cierra el Nasdaq que esta semana ha cotizado plano.

El barril de petróleo West Texas Intermediate (WTI) acumula una nueva sesión de rebote después de haber arrancado la sesión con cotizaciones negativas por primera vez en su historia. Este viernes se recuperan los 17,02 dólares en la referencia americana.

La tecnológica Intel toma el relevo en la temporada de presentación de resultados. Sus acciones han subido un 0,37% tras haber publicado un beneficio neto de 5.661 millones de dólares en los tres primeros meses del año, lo que supone un 42,4% más que hace un año. Las cifras se quedan por debajo de lo estimado aunque su facturación ha crecido un 23,4% gracias, fundamentalmente, a su división de centros de datos.

Boeing no despega

Menos amable es otro de los focos de la sesión. La farmacéutica Gilead Sciences sube más de un 2% en Wall street después de una filtración supuestamente accidental por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de un estudio chino que pone en duda la eficacia del remdesvir de Gilead contra la infección del Covid-19. 

Un 0,5% han subido las acciones de la 'teleco' Verizon después de haber batido las previsiones del mercado con sus cuentas. Y es que haber dado evidentes síntomas de ralentización en la venta de dispositivos le pasa factura en el parqué.

La caída es más abultada en Boeing, que pierde un 6,27% después de que 'The Wall Street Journal' haya señalado que el regreso de sus aviones 737 MAX, implicados en un par de accidentes recientes, se pospondrá "al menos hasta finales de verano o principios de otoño". Es otra consecuencia más del cierre de factorías y oficinas en EEUU a consecuencia de la epidemia.

La alerta sanitaria también golpea a American Express. El confinamiento se traduce en un menor uso de tarjetas de crédito y servicios de viaje, los dos ejes de su negocio. Por eso, aunque ha logrado cumplir con las expectativas del mercado en cuanto a beneficio, sus ingresos se han quedado por debajo de lo previsto. El aviso de su consejero delegado, Stephen Squeri, de que en abril se ha registrado un "dramático impacto en volúmenes" no penaliza a la compañías, que sube un 0,9%.

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