Van tres de tres. Desde que empezó la semana, la prima de riesgo española no se apea del umbral de los 100 puntos básicos. Hacía diez meses que no tocaba esta cota y aunque la estampida de dinero inversor hacia el ‘bund’ ha frenado, los inversores mantienen su plus de exigencia a los bonos españoles.

A pesar de que la rentabilidad del ‘bund’ alemán de referencia ya ha cedido un 19% desde sus mínimos históricos, en el -0,909%, los tipos que se exigen a los papeles soberanos españoles a diez años ha engordado cerca de un 67% en el mismo periodo. Sus máximos recientes alcanzan el 0,357%.

Este rumbo dispar es el que ha permitido que la prima de riesgo española se asiente por encima de los 100 puntos básicos. Una cota de la que hace ahora un año parecía muy difícil poder descender.

Normalidad en la curva americana

Ahora, incluso a pesar de que los inversores han frenado su drástica búsqueda de refugio, los inversores siguen penalizando a las economías periféricas, especialmente a España e Italia, más afectadas por la epidemia de coronavirus.

La prima de riesgo española se suaviza este miércoles hasta los 110 puntos básicos después de dos días anclada dos por encima de esta marca. La rentabilidad que los inversores exigen a los bonos del Tesoro Público alcanza el 0,33% frente al -0,8% de los papeles alemanes.

El diferencial en contra de los bonos italianos asciende hasta los 213 puntos básicos, con una rentabilidad del 1,33%. La brecha se amplía hasta los 245 puntos básicos en el caso de los bonos griegos, que marcan una rentabilidad del 1,65%.

Mientras tanto, en EEUU los bonos federales a una década, conocidos popularmente como ‘treasuries’ marcan una rentabilidad del 0,66%. Los papeles estadounidenses a dos años cotizan a tipos del 0,458%, con lo que la curva de tipos se mantiene estable.

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