El incremento en la rentabilidad de los bonos mundiales, con su máximo exponente en el bono a 10 años estadounidense por encima del 3% preocupa, y mucho, a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Así lo ha dejado entrever el presidente del regulador, Sebastián Albella, durante su intervención en el XXV Encuentro Financiero organizado por Deloitte, ABC y Sociedad de Tasación en Madrid, advirtiendo de que ¿el mercado de renta fija está expuesto a riesgos de liquidez, ante la posibilidad de una subida de tipos de interés más agresiva de lo esperado¿.

A su juicio, y aunque confía en que los bancos centrales no tomen decisiones que puedan dañar el crecimiento, hay que barajar todas las posibilidades, explicando que la subida de tipos por parte del Banco Central Europeo (BCE) podría tener dos efectos negativos. Por un lado, podría incrementar los costes financieros de los agentes más endeudados, como familias y empresas en el caso de España. Y por otro, reduciría el valor de las inversiones en renta fija. ¿Los fondos de inversión verían cómo desciende el valor de sus carteras¿, ha asegurado.

El problema es que una crisis de liquidez podría convertir al activo supuestamente más seguro en una trampa para los inversores, que si en un momento dado quieren vender sus bonos, tendrían que hacerlo a precios tal vez mucho más bajos de lo esperado. Ante este escenario, la Audiencia Nacional acaba de solicitar que la deuda pública se incluya entre los productos financieros de los que la banca debe informar, por sus riesgos, antes de su comercialización. Una norma que hasta ahora se limitaba a seguros, acciones, bonos corporativos o fondos de pensiones.

En 2016, los inversores ya pudieron comprobar como el riesgo de liquidez puede dispararse en momentos de mayor tensión en el mercado. Aquel año, gigantes de la inversión como Standard Life Investments, M&G o Aviva Investors, se vieron obligados a suspender los reembolsos de sus fondos de activos inmobiliarios, muy poco líquidos, ante la oleada de ventas surgida tras el Brexit.

Albella también advierte de que la subida de la rentabilidad de la deuda podría provocar un `efecto dominó¿ hacia la renta variable, afectada ante una renta fija considerada como más atractiva por parte de los nuevos inversores que quieran entrar al mercado por su elevada rentabilidad.

EL REGULADOR PERMANECE VIGILANTE

En este escenario, el presidente de la CNMV asegura que¿hay que permanecer vigilantes¿, recordando datos como el mayor apetito de los inversores por los activos de riesgo desde el cuarto trimestre de 2017, ¿algo que hemos notado en las carteras de los fondos de inversión, en la que el componente de renta variable ha crecido notablemente¿.

Pese a este mayor apetito por el riesgo, Albella ha reconocido la tendencia a la baja en los volúmenes de negociación en la bolsa. Hecho que achaca a la caída de la volatilidad, ¿que genera menos oportunidades de negocio a determinados inversores¿, así como a la mayor competencia de plataformas alternativas, sobre todo radicadas en Londres.

El presidente de la CNMV también ha realizado un repaso sobre los principales puntos de la nueva normativa MiFID II que, tal y como ha anunciado el ministro de Economía, Ramón Escolano, estará en julio en el Parlamento para su tramitación.  Respecto a uno de los aspectos más polémicos de la norma, el del cobro de retrocesiones, la CNMV considera ¿perfecto permitir los incentivos únicamente en los supuestos de mejora de servicios previstos en la normativa¿.

Respecto al pago de análisis de terceros, el presidente de la CNMV ha recordado que en Reino Unido la mayoría de las gestoras han optado por pagar de su bolsillo el coste de este análisis, algo que no parece que ocurrirá en nuestras gestoras, ¿que están cambiando los folletos para dejar claro que ese coste será asumido por el cliente¿.

 

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