Bruselas

La comisaria de Transportes, Adina Valean (Rumanía, 52 años, del Partido Popular Europeo) es una de las autoras del plan que acaba de presentar la Comisión Europea para levantar progresivamente las restricciones de viaje debidas al coronavirus dentro de la UE, con el fin de salvar lo que se pueda de la temporada turística veraniega.

Se trata de una estrategia sin fechas y llena de incógnitas porque depende fundamentalmente de la evolución de la pandemia y de los acuerdos entre los Estados miembros. Valean atiende por teléfono a Invertia desde su despacho en la sede del Ejecutivo comunitario en Bruselas.

¿Cuándo podrán reanudarse los vuelos dentro de la UE? ¿Se salvarán las vacaciones de verano? ¿Podrá España recibir turistas de otros Estados miembros?

Esto es lo que se pregunta todo el mundo. Sé que mucha gente está mirando a Bruselas. Me lo preguntan a menudo: "¿Cuándo va usted a permitir los vuelos?" Pero el problema es mucho más complicado que eso. No nos corresponde a nosotros decir cuándo.

Para restablecer la movilidad dentro de la UE habrá que dar una serie de pasos. En primer lugar, los Gobiernos deben levantar los controles que han introducido en sus fronteras. Por ejemplo, España tiene restricciones en frontera para las personas que llegan. Después hay que tener en cuenta la situación epidemiológica: si un país decide introducir una cuarentena a todos los que llegan, eso tendrá un impacto en los viajes hacia ese destino.

Todo depende, por supuesto, de la situación epidemiológica en cada país. Como sabemos muy bien, la situación en cada Estado miembro es muy diferente. Algunos están relajando las medidas de confinamiento, mientras que otros las mantienen. Por eso no podemos decir: este es el momento en el que todo va a reanudarse.

No podemos decir cuándo se podrán reanudar los vuelos dentro de la UE. No está en nuestras manos. Dependerá de la situación epidemiológica en cada país y de las decisiones que adopten los Estados miembros.

Lo que que sí hemos hecho -para el momento en que cada país quiera levantar las restricciones y permitir que se viaje allí- es establecer cuáles son las medidas que deben ponerse en marcha (en la aviación, en los trenes, en el transporte público o en los ferris) para que la gente se sienta segura a la hora de utilizar los diferentes modos de transporte.

Así que lo siento, no puedo darle una respuesta directa de cuándo porque no está en mis manos: depende mucho de las decisiones que adopten los Estados miembros.

¿Pero es realista pensar que al menos parte de las conexiones dentro de la UE se reanuden en julio o agosto o será ya más tarde?

Aunque no soy epidemióloga y no puedo decir cuál será la situación en cada Estado miembro, sí que observo que varios países, en particular los que dependen mucho del turismo, están más dispuestos a poner en marcha medidas que permitan viajar a esos destinos y tenerlos abiertos durante la temporada veraniega, aunque a niveles más bajos. Así que yo espero que durante el verano muchos destinos estén abiertos. ¿Es eso bueno? ¿Es correcto? ¿Es seguro? No tengo una respuesta porque depende mucho de la situación en cada Estado miembro.

La comisaria Adina Valean, durante la presentación este miércoles de las medidas sobre turismo

¿Le ha sorprendido la cuarentena de 14 días anunciada por España para los viajeros que llegan del extranjero?

No conozco muy bien los argumentos del Gobierno español, no he hablado de esto con mi homólogo español (José Luis Ábalos), así que no tengo todos los elementos. Pero estoy absolutamente segura de que el Gobierno español y otros tendrán en cuenta la situación dentro de sus países y la cuestión de la seguridad a la hora de ir abriendo las actividades económicas. 

Cuando los vuelos puedan reanudarse, ¿qué nuevas medidas de seguridad deberán adoptar los aeropuertos? ¿Se necesitarán controles de temperatura o tests rápidos? ¿Se está discutiendo la idea de un pasaporte sanitario?

Nosotros no recomendamos esas medidas. Recomendamos otras que pueden ser eficaces, como mantener las distancias físicas en el aeropuerto, utilizar procedimientos electrónicos en el check in o en los controles de fronteras, la separación entre los trabajadores del aeropuerto y los pasajeros o la desinfección de estos hubs tan a menudo como sea posible. Este es el tipo de medidas que aconsejamos.

No recomendamos controles de temperatura ni tests rápidos en los aeropuertos. Tampoco un pasaporte sanitario: los ciudadanos no deben viajar si tienen problemas de salud.

Por supuesto, los pasajeros deberían abstenerse de viajar si tienen problemas de salud. Esto es algo de sentido común. Y llevar una mascarilla es una medida de seguridad que también ayudaría a pasajeros y trabajadores.

¿Y dentro del avión?

Durante el procedimiento de embarque y desembarque, recomendamos mantener la distancia todo lo que sea posible. Y dentro del avión aconsejamos llevar mascarilla porque entendemos que es difícil mantener la distancia física en la cabina. No obstante, los aviones incorporan en su diseño una serie de características tecnológicas que ayudan a contener la difusión de esta enfermedad, como los filtros de aire o la forma de funcionar del aire acondicionado.

Todo el mundo llevará una mascarilla y tendrá disponible desinfectante de manos a bordo del avión. Estas son nuestras recomendaciones, que son proporcionales. Pero también aconsejo precaución: la gente debe estar informada -y esto es responsabilidad de las autoridades- sobre las medidas que haya puesto en marcha su país de destino.

¿Por qué la Comisión no recomienda otras medidas de distancia física dentro del avión, como poner un límite de capacidad o dejar siempre vacío el asiento central?

Como he dicho, los aviones están bien equipados desde el punto de vista tecnológico contra la difusión de micropartículas. De todas formas, dentro de un avión es muy difícil lograr una separación de 1,5 metros. Creemos que las medidas de seguridad que hemos propuesto -como restringir el movimiento dentro de la cabina, llevar una mascarilla durante todo el viaje, tener desinfectante de manos disponible en todo momento o que la tripulación use equipos de protección- son las proporcionales. 

Dentro de un avión es muy difícil lograr una separación de 1,5 metros. Proponemos medidas de seguridad alternativas como el uso de mascarillas.

Si te subes a un avión para volar, debes darte cuenta de que estás asumiendo un riesgo. La idea es establecer medidas proporcionales para minimizar el riesgo. Pero nadie puede ofrecer soluciones para viajes libres de riesgo al 100%, incluso si es en metro o en autobús dentro de tu ciudad, o en tren o en avión. La gente debe estar informada y entender bien lo que cabe esperar. 

¿Cómo se pagarán todas estas medidas de seguridad? ¿Espera una subida en el precio de los billetes de avión?

En el sector del transporte, todos los operadores deben recuperar la confianza de la gente para que vuelvan a ser clientes. Tienen que atraerles, convencerles de que viajar es lo suficientemente seguro. Aumentar los precios sería algo disuasorio a la hora de recuperar a sus clientes. Así que no espero, al principio, una subida de precios.

Al mismo tiempo, las aerolíneas están en una situación financiera muy complicada por la crisis y los diferentes Estados miembros preparan distintos planes de rescate. La vicepresidenta Nadia Calviño ha pedido un plan de la UE para evitar distorsiones de competencia en el sector, ¿ve usted este riesgo?

Todos recordamos muy bien la situación hace algo más de un mes, cuando las medidas de confinamiento generalizadas por toda Europa cogieron a todo el mundo por sorpresa y las medidas unilaterales adoptadas por los Estados miembros detuvieron todos los vuelos. Los problemas de liquidez de las aerolíneas fueron y siguen siendo muy grandes.

La Comisión actuó de inmediato. Nosotros no podemos dar dinero europeo directamente para financiar los problemas de liquidez de las compañías. Lo que hicimos, porque es lo único que podemos hacer, fue relajar las reglas sobre ayudas públicas con el fin de permitir a los Estados miembros intervenir y ayudar a las compañías. Esto es lo único que podíamos hacer de forma inmediata.

Estamos viendo que algunos países tienen más potencia presupuestaria para ayudar a sus aerolíneas y otros menos. Nosotros queremos garantizar que no haya distorsiones de competencia a nivel europeo.

Ahora estamos viendo que algunos países tienen más potencia presupuestaria para ayudar a las compañías y otros tienen menos. Y eso es algo que estamos analizando y presentaremos nuevas orientaciones cuando tengamos una evaluación final. Porque queremos garantizar que no haya distorsiones de competencia a nivel europeo.

¿Podrá usarse el fondo de reconstrucción que prepara la Comisión para recapitalizar aerolíneas y resolver estas distorsiones?

Estamos trabajando en cómo podemos usar el fondo de recuperación, a partir del momento en el que exista, para ayudar a la industria del transporte. Los principios de no discriminación y competencia justa formarán parte de nuestro enfoque. Esto se está negociando con los Estados miembros y habrá que ver a qué conclusión llegan y si impondrán o no condiciones. Todavía no puedo dar una respuesta directa.

Lo único que puedo decir es que la industria del transporte, que es la columna vertebral de la economía en Europa, debe tener su propia cuota en el plan de recuperación. 

España y otros países le han pedido un cambio legal para permitir temporalmente que las aerolíneas den bonos de viaje en lugar de devolver el dinero por los vuelos cancelados, ¿por qué ha decidido usted descartar esta solicitud?

Debemos tener en cuenta a todas las partes interesadas en la industria del transporte. Por supuesto que entendemos los problemas de liquidez y las cargas económicas que la crisis ha provocado a todos los operadores. Pero también debemos entender el impacto de la crisis en los consumidores y los pasajeros. 

Estamos ayudando a las aerolíneas de dos formas. En primer lugar, con medidas regulatorias como la reforma del reglamento sobre slots para que no estén obligadas a realizar vuelos que no sean económicamente viables. Y también con la relajación de las normas sobre ayudas públicas par que los Gobiernos puedan aportar liquidez.

Tenemos que ayudar también a los pasajeros, no sólo a las aerolíneas. Debemos ser fieles a la legislación de la UE, que dice que tienen derecho al reembolso de los billetes si así lo piden

Por otro lado, tenemos que pensar también en cómo ayudar a los pasajeros. Creo que debemos ser fieles a la legislación de la UE, que dice que tienen derecho al reembolso si así lo piden. La compañía puede ofrecer un bono de viaje u otros servicios, pero con la condición de que el pasajero lo acepte. Lo que estamos recomendando es hacer más atractivos estos bonos.

¿Cómo?

Por ejemplo dándoles protección ante una posible quiebra de la compañía, que tengan una validez mínima de 12 meses, que se puedan transferir a otro pasajero o que quede claro que se devolverá el dinero automáticamente si el bono no se utiliza antes de que caduque. O permitir que el pasajero pueda viajar en la misma ruta con las mismas condiciones de servicio, aunque el precio del billete haya subido cuando se use el bono.

La flota de Easyjet, aparcada en el aeropuerto de Schipol en Ámsterdam Piroschka van de Wouw/Reuters

Todo esto son sugerencias que hacemos para que los bonos sean más atractivos. Sé que hay mucha gente dispuesta a ayudar a las aerolíneas porque no tienen problemas de liquidez inmediatos que les obliguen a pedir el reembolso. Pero otros pasajeros quieren que se les devuelva el dinero porque no quieren otro servicio o no prevén otro viaje en un futuro próximo. Y tenemos que proteger tanto a las compañías como a los pasajeros. Por eso he decidido defender el derecho al reembolso si el pasajero insiste en ello.

¿Cuándo cree que el sector de la aviación recuperará la normalidad? ¿O vamos a volar menos de manera permanente como consecuencia de esta crisis?

Es obvio que sin un tratamiento o una vacuna, deberemos seguir coexistiendo con el virus. Tendremos que adaptarnos y adoptar las mejores medidas para limitar su impacto a la hora de viajar.

No volveremos a la situación anterior en los viajes hasta que haya una vacuna o un tratamiento para este horrible virus

Al mismo tiempo, la gente que viaja en avión ya está acostumbrada a una serie de medidas de seguridad. En ningún otro modo de transporte hay tanta vigilancia, controles de seguridad, restricciones -por ejemplo con los líquidos- que ya existen en el sector por otros motivos. El sector está muy preparado. Por eso, es posible ir hacia una nueva normalidad con más medidas de seguridad para poder seguir viajando en coexistencia con el virus. Pero no volveremos a la situación anterior hasta que haya vacuna o tratamiento para este horrible virus.