Las subidas de tarifas que las operadoras de telecomunicaciones han llevado a cabo en los últimos tiempos por la alta inflación han impulsado los ingresos del sector y lo seguirán haciendo este ejercicio 2023. Sin embargo, esto no es necesariamente una buena noticia para las 'telecos', ya que enmascara la constante pérdida de valor en la que se encuentra sumida la industria desde hace años. 

Los últimos datos del informe semestral de IDC sobre el sector de las telecomunicaciones recogen que las operadoras de todo el mundo cerraron 2022 con unos ingresos de 1.478 millones de dólares (1.340 millones de euros), lo que supone un incremento respecto al año anterior del 2,2%, tres décimas más de lo que la firma esperaba el pasado mes de noviembre. 

La compañía también se muestra "ligeramente más optimista" de cara a 2023 y ha revisado en 0,3 puntos porcentuales su previsión para el actual ejercicio. En concreto, prevé que las empresas de telecomunicaciones de todo el mundo ingresen unos 1.541 millones de dólares (1.397 millones de euros), un 2% más. 

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IDC destaca que es la segunda vez en seis meses que revisa al alza sus previsiones para el sector y que esta mejoría es común en todas las regiones del mundo. En concreto, la empresa ha elevado en siete décimas su previsión para la región Asia-Pacífico, mientras que ha aumentado la de América en tres décimas y la de Europea, África y Oriente Medio, en 0,1 puntos. 

En opinión de la consultora tecnológica, esto demuestra que la subida de los precios es un problema global y que todas las compañías se están comportando de la misma manera cuando ven amenazada su rentabilidad por las presiones inflacionarias.

Impacto prolongado

Además, añade que dado que es ahora cuando se están notando los efectos de las subidas de precios llevadas a cabo a mediados de 2022, lo previsible es que en los próximos meses tanto las tarifas como los ingresos de las empresas de las telecomunicaciones sigan subiendo en un entorno en el que se prevé que la inflación se mantenga elevada durante un tiempo más. 

"Según las últimas previsiones del FMI, la inflación ha llegado para quedarse durante al menos tres años y eso significa que los operadores seguirán aumentando sus tarifas, los clientes pagarán más por sus servicios de telecomunicaciones y el valor total nominal del mercado crecerá a un ritmo más rápido", detalla.

Técnicos de Ericsson instalando tecnología de radio 5G en una torre de telecomunicaciones de Gold Coast (Australia) Ericsson

Respecto al caso concreto de EMEA, IDC apunta que son varios de los motivos que provocan que la revisión de sus previsiones sea algo menor que la realizada para el resto de regiones. Más teniendo en cuenta que la inflación en esta zona es superior a la media mientras lucha por encontrar un sustituto a la energía rusa barata.

Por un lado, apunta a la guerra en Ucrania y las sanciones económicas impuestas a Rusia. Por otro, menciona la "significativa ralentización" de las economías de Europa Occidental como consecuencia de la "drástica" subida de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE). Y a ello se suma que en anteriores revisiones de sus previsiones, los mayores aumentos se correspondieron con los datos de esta región.  

Malas noticias

Pese a permitir al sector de las telecomunicaciones engordar su cifra de ingresos, IDC advierte de que "una alta inflación no es una buena noticia para ningún mercado, dado que el impulso positivo que genera es únicamente nominal". 

De hecho, si se analizan con detalle las tasas de crecimiento del sector, se constata que estas son muchos menores que las tasas de inflación anuales publicadas por las oficinas estadísticas, "lo que significa que el mercado está experimentando una reducción de valor en términos reales". 

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Por este motivo, apunta que los operadores de telecomunicaciones siguen invirtiendo con fuerza en tecnologías avanzadas. Así, esperan que la migración a redes de nueva generación ayudará a compensar el descenso del consumo de voz. 

Además, la firma también cree que el 5G desbloqueará nuevas oportunidades al permitir comunicaciones masivas entre máquinas, con un alta fiabilidad y muy baja latencia.