Lo de Radar Covid y los plazos es un matrimonio que parece condenado al fracaso. Pecando quizás de un excesivo optimismo, la Secretaría de Estado de Digitalización ha incumplido su promesa de tener operativa la app de rastreo del coronavirus en toda España este 15 de septiembre.

A comienzos de agosto fue la propia responsable de la cartera, Carme Artigas, la que dijo que el 10 de ese mes comenzaría la primera avanzadilla con Canarias y Baleares y que un mes después ya la tendría todo el territorio.

El primer plazo no se cumplió -aunque semanas después si que entraron estas autonomías turísticas- y el segundo ha fallado por los pelos. La información oficial indica que al cierre de este martes Castilla-La Mancha, Cataluña, País Vasco y Ceuta son las únicas que no se han sumado al proyecto tras el ingreso de Melilla y La Rioja.

Pese a ello, desde la Secretaría insisten en que se trabaja a contrarreloj para su incorporación y que probablemente antes de esta semana o -como tarde- cuando acabe el mes, podría estar todo el territorio español integrado.

¿Qué ha pasado? Las fuentes consultadas indican que hablamos de una mezcla de tres factores: el lingüístico, la lentitud de los sistemas sanitarios y la desconfianza con la centralización de los datos de Radar Covid.

Problemas de Radar Covid

La situación que más ha sorprendido es la de Cataluña. Hace dos semanas que estaba cerrada su incorporación e incluso realizada la integración técnica, pero desde la Generalitat se pidió una traducción de la app al catalán. Posteriormente se realizó la adaptación, pero se sigue postergando su ingreso.

En este caso, las fuentes consultadas hablan de desconfianza con la centralización de los datos y del código de la aplicación -pese a que ha sido liberado-, lo que sumado a lentitud en los sistemas sanitarios y en los procedimientos técnicos para informar de los códigos, ha hecho que no todas las regiones logren la integración en los plazos esperados.

En cualquier caso, desde la Secretaría no creen que estemos hablando de un problema. Para confirmar el éxito del proceso se aferran al número de descargas, más de cuatro millones. Carme Artigas siempre ha sostenido que con un 20% de penetración, se podrán reducir en un 30% los contagios, por lo que se está más cerca de los 10 millones de móviles operativos que garantizarían estos resultados.

En cualquier caso, las primeras semanas de Radar Covid no han sido miel sobre hojuelas. Las primeras críticas han venido de algunos usuarios que se quejan de que las autonomías no les entregan los códigos correspondientes para comunicar positivos o que simplemente sus móviles son incompatibles con la app.

En el primero de los casos, desde el Gobierno indican que cada autonomía es responsable de entregar esta información y de coordinar el sistema de gestión de positivos y de alertas.

Otras fuentes apuntan a que esta situación se debe a que todas las regiones tienen diferentes fases de implantación y que algunas solo están funcionando en pruebas en zonas muy concretas y no en todo su territorio, como es el caso de la Comunidad de Madrid.

En el caso de algunos móviles en los que no funciona Radar Covid, en el Ejecutivo apuntan que estamos hablando de no más de tres millones de dispositivos, menos del 7% del parque total de teléfonos en España. Y advierten que esta incompatibilidad se produce por el sistema creado por Apple y Google, que es el mismo en todo el mundo.

¿Cómo funciona la aplicación?

La app se puede descargar desde el Google Play o el App Store de Apple y posteriormente hay que activar el Bluetooth, tenerlo siempre activado -para identificar los contactos de manera anónima- y llevar siempre consigo el móvil. 

La aplicación funciona mejor cuando se rastrea la mayor cantidad de gente posible y para ellos todos deben tener la app funcionando con máxima fiabilidad. Es por ello que los expertos advierten que para que cumpla sus objetivos debe existir el máximo número posible de descargas.

La aplicación utiliza la conexión Bluetooth del terminal, a través de la cual los móviles emiten y observan identificadores anónimos de otros teléfonos que cambian periódicamente. Cuando dos terminales han estado próximos durante quince minutos o más a dos metros o menos de distancia ambos guardan el identificador anónimo emitido por el otro.

Si algún usuario fuera diagnosticado positivo de la Covid-19 tras realizarse un test PCR, decidiría si dar su consentimiento para que, a través del sistema de salud, se pueda enviar una notificación anónima. De esta forma, los móviles que hubieran estado en contacto con el paciente recibirían un aviso sobre el riesgo de posible contagio y se facilitarían instrucciones sobre cómo proceder. Al no solicitarse datos de ningún tipo, es imposible identificar o localizar de forma alguna a ningún usuario.

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