Bruselas

La vicepresidenta tercera y responsable de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha avisado este martes de que la guerra en Ucrania provocará que la subida de los precios de la energía, que hasta ahora se consideraba transitoria, se prolongue todavía durante mucho tiempo. Por eso, el Gobierno de Pedro Sánchez insiste en reclamar a la Unión Europea "medidas temporales y extraordinarias" para evitar que el alza del gas se contagie a la factura eléctrica.

A juicio de la vicepresidenta, el ataque militar del Kremlin a Ucrania ha dejado al descubierto la "inmensa fragilidad de Europa en materia de energía como consecuencia de la dependencia muy elevada de un único proveedor (Rusia) en una materia prima de precios extraordinariamente volátiles como es el gas". La UE importa el 40% del gas que consume de Rusia.

Los principales factores que impulsan al alza el precio del gas no van a resolverse en primavera, como pronosticaba inicialmente Bruselas. "Primero, porque hay una demanda muy importante a nivel mundial, incluidos los mercados asiáticos", ha resaltado Ribera.

"Segundo, porque uno de los principales productores de gas a nivel mundial (Rusia) ha entrado en una deriva absolutamente suicida, pero suicida para sí mismo y para los demás". Todo ello crea "un nivel de incertidumbre importante" y "marca un horizonte de precios altos durante un buen tiempo todavía", sostiene la vicepresidenta tercera.

Por ese motivo, el Gobierno de Sánchez reclama a la UE "evitar el contagio del inmenso problema económico que representa el precio del gas en el precio de la electricidad, adoptando medidas temporales y extraordinarias".

"Es importante pensar en qué medidas son eficaces en el corto plazo y una de las medidas eficaces de forma inmediata es precisamente buscar este tipo de separación, de desajuste o de ajuste ex post, pagando el gas al precio que corresponda, pero evitando pagar el precio de la electricidad al precio que se corresponde con un gas por las nubes", sostiene Ribera.

Es una reivindicación que España lleva planteando desde el verano pasado, pero a la que Bruselas ha hecho hasta ahora oídos sordos. Sin embargo, la vicepresidenta cree que la guerra en Ucrania provocará que el Ejecutivo comunitario y el resto de socios europeos cambien de posición y se den cuenta de que no es suficiente con adoptar medidas a nivel nacional para ayudar a los consumidores más vulnerables. 

"Hoy la Comisión entiende que esto no basta, que eso podía valer para un plazo de tiempo muy corto, pero que genera grandes desigualdades, grandes desequilibrios en el mercado interior. Y es profundamente injusto, tanto desde el punto de vista de ingresos públicos versus ganancias extraordinarias del sector privado, como desde el punto de vista de la distinta situación fiscal de los distintos Estados miembros", señala Ribera.

La segunda medida que la UE debe tomar como respuesta a corto plazo a la guerra en Ucrania es acelerar la diversificación de proveedores con gas natural licuado. "Es obvio que no podemos prescindir del gas (ruso) de un día para el otro y no es fácil la diversificación de proveedores. En el caso de España, tenemos una cesta de proveedores muy amplia, muy variada, por lo tanto nuestra dependencia del gas ruso es muy pequeña", ha apuntado la vicepresidenta tercera.

A su juicio, Bruselas debe coordinar las compras y las descargas del gas natural licuado en las distintas terminales que existen en Europa, un tercio de las cuales se encuentran en la Península Ibérica, para evitar "pelearnos los unos con los otros por acceder a un barco ya contratado".

A largo plazo, Ribera ha señalado que la solución pasa por acelerar la transición energética en una doble vertiente. Por un lado, incrementando el ahorro y la eficiencia energética. Por el otro, impulsando el despliegue de energías renovables, que no sólo permiten combatir el cambio climático sino que también garantizan la indepdencia de la UE.

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