Hay muchas preguntas abiertas sobre la marcha de la economía en los próximos meses. Cuando parecía que el mundo comenzaba a dejar atrás la pandemia de la Covid, una nueva cepa, Ómicron, ha dado un vuelco a las previsiones. Más leña al fuego en un mercado que ya estaba con el hacha de guerra levantada entre la OPEP+ y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. 

"La palabra clave es la volatilidad en los mercados de gas y petróleo", explicaba hace unos días a EL ESPAÑOL-Invertia Alejandro Vigil, analista sénior de la casa de análisis Bestinver Securities. Y mientras que JP Morgan prevé que los precios del petróleo subirán a 125 dólares en 2022, los modelos macro globales de Trading Economics esperan que el petróleo crudo cotice a 66,24 dólares/BBL a finales de este trimestre. Y en 12 meses afirman que incluso cotizará a 60,80 dólares.

En eso coincide con Norbert Rücker, director de Economía e Investigación de Próxima Generación del banco suizo Julius Baer: "Los últimos giros de la pandemia, el regreso de las restricciones de viaje y el aumento general de la incertidumbre presionan a los mercados financieros provocando una fuerte liquidación de los precios del petróleo".

"Esta última ola de pandemia trae mucha incertidumbre con respecto a las perspectivas a corto plazo. El mercado del petróleo se encuentra en una fase de transición en la que el crecimiento de la producción supera el crecimiento de la demanda y en la que el almacenamiento pasa de un endurecimiento a una flexibilización".

La siguiente ficha, la OPEP+

La OPEP y sus aliados ya han tenido reuniones técnicas para revisar la derrota del viernes, cuando el precio del petróleo cayó un 10% en pocas horas, según ha desvelado Morgan Stanley. Ahora se reunirán el 2 de diciembre y decidirán sobre su plan de producción para enero, pero "todo hace prever que hagan una pausa en los aumentos de suministro".

Aún así, hay cierto margen de que no sea así. El ministro de Energía de Arabia Saudí, Abdulaziz bin Salman, restó importancia a las posibles consecuencias de la nueva variante del coronavirus diciendo que “soy una persona muy relajada. No me preocupa”.

La OPEP +, liderada por este país y Rusia, está retrocediendo gradualmente sus recortes de producción y acordó aumentar la producción en 400.000 barriles por día cada mes en junio pasado. 

Además del miedo a la nueva cepa, el regreso de las restricciones de viaje y el aumento general de la incertidumbre queda por resolver cuál será la reacción de las petro-naciones con la llegada de Irán al escenario internacional del crudo.

Esta semana, las conversaciones sobre la reactivación del acuerdo nuclear de Irán de 2015, que podría aumentar el suministro mundial si se llega a un acuerdo, lo que también incorporará más locura unos precios que los analistas no terminan de ajustar de cara a los próximos meses. 

Miedo en los mercados

Pese a que el varapalo fue provocado por las alarmas de una nueva ola con la cepa sudafricana Ómicron, los analistas de Goldman Sachs dijeron que la respuesta fue exagerada y los operadores ahora están esperando saber cuál será el impacto de la variante.

"Claramente existe el temor de que esto pueda tener un impacto considerable en la demanda", dijo Carsten Fritsch, analista de Commerzbank AG. "Dicho esto, la caída de precios del viernes fue excesiva".

"El impacto fundamental de las restricciones conocidas de viajes aéreos es limitado y solo restricciones más amplias acelerarían significativamente esta transición", añade el responsable de Julius Baer.

Y mientras se intenta calmar a los mercados, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado el riesgo de la nueva variante de la Covid-19 como "muy alto". En un informe sobre esta nueva cepa, se avisa de las elevadas mutaciones, con potencial de ser más resistentes a la vacuna y más contagiosas.

El factor miedo tuvo su control sobre los mercados financieros el viernes, pero no son las únicas razones para este caos de volatilidad en el que se encuentran los mercados de commodities.

"No puedo evitar sentir que los mínimos del viernes fueron la ganga del año para los especuladores", dijo Jeffrey Halley de OANDA Corporation a Reuters. Los viajes aéreos representan alrededor del 5% al 7% de la demanda mundial de petróleo, y las conexiones nacionales e interregionales en América del Norte, Europa y Asia representan la mayor parte del uso de combustible para aviones.

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