Portugal se ha convertido en el cuarto país de la Unión Europea en dejar de quemar carbón. Su única central térmica, Pego, propiedad de Endesa, cerrará diez días antes de lo previsto. Concluye así un compromiso que firmó en 2017.

Sin embargo, el plan de cierre de centrales térmicas en España ha sufrido un alto en el camino. Los altos precios del gas hacen rentable encender plantas que llevaban ya dos años en parada obligatoria. Es el caso de la central de As Pontes (A Coruña), también de Endesa, que estará operativa, como mínimo, hasta el próximo viernes, ya que el funcionamiento de la central se planifica semanalmente. La compañía, no obstante, asegura que sus planes de cierre continúan invariables.

Endesa ha reactivado a primera hora de la mañana de este lunes, tal y como estaba previsto, uno de los cuatro grupos de generadores ante el contexto de auge de precios de la electricidad y las bajadas de temperaturas, que provocan un aumento del consumo energético.

Para poder operar, la empresa eléctrica cuenta con 140.000 toneladas de carbón -una parte en el propio parque de carbones anexo al complejo y otra en el puerto exterior de Ferrol- que durante estos días están siendo trasladadas por carretera por los transportistas.

Fin del carbón en Europa

El impulso de eliminación del carbón en Europa continúa creciendo, con 21 países ahora libres de carbón o con un plan claro de eliminación del carbón. Portugal se une a países como Reino Unido, Grecia, Hungría y Dinamarca para acelerar la eliminación del carbón. Bélgica, Austria y Suecia son los otros tres países europeos que ya han hecho historia en el carbón.

"Portugal es el ejemplo perfecto de cómo una vez que un país se compromete a dejar el carbón, el ritmo de la eliminación se acelera inevitablemente. Los beneficios de la transición a las energías renovables son tan grandes que, una vez que se inicia, tiene sentido dejar el carbón lo más rápido posible", ha dicho Kathrin Gutmann, directora de la campaña Europe Beyond Coal.

"La terrible economía del carbón y el deseo público de una acción climática están impulsando una eliminación cada vez más rápida en toda Europa. El desafío ahora es garantizar que las empresas de servicios públicos no cometan el error de reemplazar el carbón con gas fósil o biomasa insostenible".

Transición a las renovables

Endesa prevé sustituir su planta portuguesa por 650 MW fotovoltaicos, 100 MW de almacenamiento con baterías, y un electrolizador de hidrógeno verde. En total, se invertirán 582 millones de euros para asegurar el futuro desarrollo económico, social y medioambiental de la Región de Medio Tejo, donde se ubica la central. 

Sin embargo, Europe Beyond Coal asegura que Endesa está considerando convertir la planta de 682 MW en una central de biomasa lo que, en su opinión, acelerará el cambio climático y contribuirá a desastrosas prácticas de tala.

"Liberarnos de nuestra mayor fuente de gases de efecto invernadero es un día trascendental para Portugal. Pero está amargado por la perspectiva de que la planta se convierta para quemar bosques", dijo Francisco Ferreira, presidente de Portugués, ZERO.

"Abandonar el carbón solo para cambiar al siguiente peor combustible claramente no es una respuesta. En cambio, el enfoque debería estar en aumentar rápidamente nuestra capacidad de energía renovable en energía eólica y solar".

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