Como dice el refrán, nunca llueve a gusto de todos. La Comisión Europea ha presentado un paquete de medidas para ambicionar una mayor reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que impulsarán más las renovables pero apretarán más a la industria, el sector de la aviación y el transporte en general.

"Es un importante paso adelante. Una consolidación de la energía solar como tecnología de referencia para la emergencia climática", ha dicho José Donoso, director general de UNEF. "Esperamos que el Gobierno y los principales actores españoles y grupos ambientalistas sean coherentes con este posicionamiento europeo".

"Todo lo que sea acelerar la transición energética es favorable para Europa", ha dicho por su parte José María González Moya, director general de Appa Renovables. "La mayor ambición climática supondrá un efecto arrastre que incentivará que se haga en el resto del mundo. También el compromiso por una mayor eficiencia energética".

Un CO2 más caro

El principal arma para liderar esa transición energética es, sin lugar a dudas, el sistema de comercio de emisiones de CO2.

"La Comisión Europea propone reformar la Directiva 2003/87/CE, que ya cumple 16 años, y que diseñó un sistema por fases para que se fuera reduciendo las asignaciones gratuitas a las instalaciones sujetas al régimen", señala a Invertia Andrés Gangutia, corporate trader de CO2 en Vertis, consultora especializada en este mercado.

El RCDE UE es una de las piedras angulares de la política de lucha contra el cambio climático de la UE y un instrumento que pretende reducir de forma económicamente eficaz las emisiones de gases de efecto invernadero. Engloba en torno al 40% del total del CO2 emitido en el Viejo Continente. 

Tensión en el mercado de CO2

"Estamos en la Fase IV de este plan, es decir, en 2021 la UE iba a reducir el número de derechos de emisión en el sistema un 2,2%, pero si se aprueba el paquete 'Fit for 55', se ampliará hasta el 4,2%". Y eso tiene una consecuencia directa, "hay menos derechos gratuitos para los industriales, que tendrán que comprarlos en el mercado ETS EU". 

"Será un factor alcista de mercado", señala Gangutia. De hecho, "durante la presentación del plan, en tan solo 10 minutos, el mercado de CO2 experimentó una subida de casi 3 euros, desde los 53 euros hasta los 55,46 euros, lo que demuestra la influencia de este tipo de decisiones".

Una noticia que no es muy buena para los industriales. Y todo porque las emisiones de la industria no se han reducido tanto como se esperaba. En la última década, el mercado de CO2 ha sido eficaz para reducir las emisiones del sector eléctrico (en un 43,5% de 2012 a 2020), pero otros sectores intensivos en carbono han experimentado un estancamiento durante el mismo período, según Javier Díaz Carmona, responsable del área de Consultoría de Energía de Ayming, compañía internacional de consultoría especializada en la mejora del rendimiento empresarial.

Entre otras razones, debido a las disposiciones de asignación gratuita diseñadas para evitar la fuga de carbono, "que se veía ligeramente menos tensionado gracias a la importación y la venta de derechos de emisión", añade Díaz Carmona.

En línea con el ETS, "se espera que en un máximo de 10 años las entidades europeas no reciban asignaciones gratuitas, en el caso de la aviación en 2027, la industria en 2030, y la energía que ya no recibe ninguna". 

Pero el plan también prevé que, en 2035, el 100% de los automóviles nuevos sean vehículos libres de emisiones. Una decisión que impactará en el consumo de petróleo en Europa y en la transición de la todopoderosa industria del automóvil. 

Impuesto de CO2 en frontera

Otra de las patas fundamentales del nuevo plan de la Comisión Europea es aprobar un Mecanismo de Ajuste de CO2 en Frontera (CBAM). "El objetivo es que no exista desventaja competitiva con terceros países", apunta Andrés Gangutia, de Vertis. "Habrá un período transitorio a partir de 2023 que finalizará en 2025 y que incluirá a los sectores del cemento, el acero, el aluminio, los fertilizantes, la energía y el hierro".

En el nuevo texto se prevé que "los productos que se importen de terceros países deberán contar con un certificado cuya unidad será el CBAM y deberán entregar esos derechos de emisión el 31 de mayo", añade Gangutia.

Ahora toca presentar la propuesta al Parlamento Europeo y al Consejo Europeo para su aprobación. El texto final podría sufrir modificaciones en función de las influencias de los grupos políticos, los distintos intereses de los países miembros y de los lobbies de los sectores afectados. 

El Gobierno español tiene clara su postura. “Damos la bienvenida al paquete legislativo presentado por la Comisión Europea para conseguir que la UE reduzca sus emisiones de CO2 un 55% en 2030 con relación al nivel de 1990", ha dicho la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.

"Responde a la necesidad de acelerar el proceso de descarbonización y actuar con políticas más ambiciosas, alineadas con la ciencia, al objeto de cumplir con el Acuerdo de París. Con este paquete, la UE mantiene el liderazgo creíble en la lucha internacional contra el cambio climático", recalcó la ministra.

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