La hibridación de tecnologías es una opción que cada vez cuenta con más adeptos. Y, en España, la combinación hidrógeno verde con fotovoltaica flotante está a punto de demostrar que es viable comercialmente. Un proyecto de Repsol en las costas de Cantabria dará paso a otras plantas marítimas de hidrógeno por a lo largo y ancho de nuestra geografía. 

El interés por el hidrógeno verde tiene que ver por sus ventajas competitivas respecto a otras tecnologías: es ligero, almacenable, reactivo, tiene un alto contenido energético por unidad de masa y se puede producir fácilmente a escala industrial, además de que no emite CO2. Sin embargo, aún es demasiado cara su producción, según el informe "Hidrógeno verde: Estado de la cuestión y desafíos regulatorios" del despacho Andersen.

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) considera que el coste de producción de hidrógeno a partir de electricidad renovable podría caer hasta un 30% en 2030 como resultado de la disminución del coste de las energías renovables y una de las opciones es la de generar energía solar y eólica en una planta híbrida.

Hibridación

Ya no es un proyecto piloto. A finales de 2023 entrará en funcionamiento y conectado a red el Proyecto Bahía H2, que producirá hidrógeno verde con fotovoltaica flotante para la Autoridad Portuaria de Santander. Con un coste de 4,5 millones de euros, se completará todo el proceso en diciembre de 2023. 

En esta tecnología híbrida, liderada por Repsol, no es el único. Acciona participa en el plan OceanH2, que prevé el desarrollo de plantas marítimas de hidrógeno uniéndolo tecnología eólica y fotovoltaica flotante y se desarrolla simultáneamente en Madrid, Canarias, Andalucía, Cantabria, Navarra y Cataluña.

Y al margen de generar hidrógeno con fotovoltaica flotante, esta última es una tecnología con gran futuro en España. Y es posible que no solo sea una realidad en zonas marítimas. La fotovoltaica flotante es posible en los embalses, como según anunció Acciona Energía durante su 'capital market' del pasado viernes. De hecho, la compañía espera poner en marcha 16 proyectos en España por un importe de 900 millones.

Una tecnología que consideran especialmente interesante y rentable. "Acabamos de estrenar la primera planta en Extremadura, en el embalse de Sierra Brava (Cáceres), con una eventual comercialización, porque entendemos que es una tecnología con un alto potencial, especialmente para Acciona Energía, ya que contamos con una flota hidro que podemos aprovechar". 

La planta alberga desde hace semanas 3.000 paneles solares sobre el agua, ocupan unos 12.000 metros cuadrados dentro de las más de 1.600 hectáreas del pantano (0,08% de su superficie).

Acciona cuenta con 76 centrales hidroeléctricas en España que suman 873 MW en operación, su segunda tecnología por producción, por detrás de la eólica. 

Consumo de agua

La electrolisis requiere de agua y electricidad. La producción de 1 kilo de hidrógeno necesita alrededor de 9 litros de agua. A través de este proceso, se producen 8 kilos de oxígeno que podría ser empleado, a su vez, con fines industriales. La producción mundial actual de hidrógeno (aprox. 70 millones de toneladas de hidrógeno) requeriría 617 millones de metros cúbicos, que se corresponden con el 1,3% del agua consumida por el sector de la energía en 2016, según el informe de Andersen.

A modo de ejemplo, si de la capacidad del embalse de la Serena (Badajoz), el mayor embalse en España, se empleara solo en su mitad para la producción de hidrógeno, su caudal sería suficiente para cubrir la actual producción anual mundial.

Bloomberg New Energy Outlook (BNEF) señala que el desarrollo de las tecnologías basadas en el hidrógeno permitirá una disminución del 34% de las emisiones de gases de efecto invernadero antes de 2050, siempre que el precio de producción del hidrógeno se sitúe entre 0,8 y 1,6 dólares/kg, e hibridar con tecnologías renovables podría ser la alternativa.

Según el informe de Andersen, el volumen de negocio actual de las tecnologías de hidrógeno en España es de 594 millones de euros. Se espera que ese volumen alcance los 22.000 millones de euros en 2030 y que el sector emplee 227.000 trabajadores en 2030.

El hidrógeno puede transformar otros combustibles y ofrecer una amplia gama de usos en el transporte, como el metano sintético, metanol, amoníaco y combustibles líquidos sintéticos. La aplicación industrial de las tecnologías del hidrógeno verde tiene un enorme potencial ya que podría sustituir el uso actual del gas natural entre otros usos industriales.

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