Hace poco más de tres años que el gigante eólico Siemens Gamesa inauguraba oficialmente su fábrica de palas en Tánger (Marruecos) con todo el boato para la ocasión. El evento lo presidía el entonces ministro marroquí de Industria, Inversión, Comercio y Economía Digital. 

En aquel octubre de 2017 saltaban las alarmas de las fábricas de palas en España, por ser una 'futurible' competencia. No solo tenía salida al mar (a 35 kilómetros del puerto de Tánger Med), también su ubicación clave entre Europa y África, sus dimensiones y el menor coste de su mano de obra estuvo un tiempo en el foco de los operarios en España.

Sin embargo, fue una preocupación muy pasajera. "Nunca ha sido un problema para las fábricas en Europa", explican fuentes sindicales a Invertia, "tiene serios problemas de calidad y aunque es grande no sacan la producción al ritmo que le gustaría a la compañía".

Y ahora, según ha podido saber Invertia, el fabricante de aerogeneradores ha tenido que prescindir de unos 60 trabajadores de la planta. Alrededor del 10% del total si se calcula que cuenta con entre 500 y 600 trabajadores. 

Parque eólico de Siemens Gamesa.

Excelencia de Gestión

"Siemens Gamesa inició hace ya unos meses un Programa de Excelencia de Gestión de las fábricas, no solo de palas, sino de otros productos, comenzando en su planta de Nacelles de Ágreda (Soria)", explican fuentes de la compañía.

Ahora se está extendiendo a otras plantas y también ha llegado a la de Tánger. Se busca conseguir procesos más eficientes y más productivos. 

"Sin embargo, la razón de que se haya prescindido de esos trabajadores tiene que ver con cambios en la producción de la planta", continúan las fuentes de la compañía. "Actualmente tiene dos líneas de producción de la pala 132, que es la máquina que más se está vendiendo en África, y otras dos líneas de la B63-10, un modelo antiguo de Siemens que ya no tiene demanda. Se va a incorporar una línea más del modelo 132 y eliminar la anterior. Y en esa transición temporal de cambio, es por lo que no se necesita tanto personal". 

Unos operarios en un parque eólico.

Pala de 132 metros

Precisamente, esa pala, el modelo SG 3.4-132, es la que se producía hasta el pasado mes de junio en la ya clausurada fábrica de SGRE en Aoiz (Navarra). Entonces la compañía aseguraba que esas palas eran para molinos pequeños y anticuados y que no era viable su exportación. 

"Si se cerró Aoiz porque la pala no tenía futuro, habría que cuestionarse entonces cuál es el recorrido a futuro de la fábrica de Tánger si amplían su producción allí", explican las mismas fuentes sindicales.

La planta de Marruecos se construyó en 2017 por una concesión de 2.000 MW eólicos en el país alauita y por la fabricación de las palas de otros 2.000 MW que Siemens tenía proyectados en Egipto en su momento, que necesitaban de palas más pequeñas por las características de su ubicación. 

Un molino de Siemens Gamesa.

SGRE, líder eólico en África

En la actualidad, Siemens Gamesa es la compañía eólica líder en África. En este continente lleva ya 20 años y su capacidad instalada está a punto de alcanzar los 4GW, el 60% del total de la energía eólica del continente.

Los principales países son Egipto, Marruecos y Sudáfrica, pero también tienen parques en Túnez, Argelia, Kenia y Mauritania y se va a construir en breve otro en Yibuti.

En el caso concreto de Marruecos, suma más de 1 GW eólico, el 84% de la cuota del mercado eólico del país. Las posibilidades son aún mayores si se inicia la construcción de un parque eólico en el conflictivo Sáhara Occidental, con una capacidad de 900 MW, que será uno de los mayores del mundo. 

En el caso de Egipto, suma 1,25 GW, el 91% del total, con un proyecto que se está construyendo de 200 MW.

Sin embargo, si los nuevos parques eólicos en África requieren palas más modernas, la recién estrenada de Vagos (Portugal), comprada a Senvion el año pasado, podría abastecer de las palas más avanzadas, el modelo SG 5.0-145.

El principal escollo en estos países es conseguir financiación. "Muchas veces la inseguridad jurídica y social lo hace muy complicado, pero Siemens Gamesa suele involucrarse con las compañías, muchas de ellas estatales, en ese proceso de buscar financiación de nuevos proyectos", concluyen las fuentes de la compañía. 

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