Credit Suisse es un banco con 167 años de historia en los que ha pasado de ser una pequeña entidad de Zúrich a un coloso mundial. Una trayectoria que, sobre todo en los últimos años, se ha visto salpicada por un goteo constante de escándalos: desde su implicación en los papeles de Panamá a condenas por espionaje o blanqueo de dinero. Incluso la entidad su nombre se ha vinculado al escándalo de las cuentas ocultas del rey emérito Juan Carlos I

El origen de Credit Suisse se remonta al 5 de julio de 1856 cuando el político y empresario Alfred Escher fundó Schweizerische Kreditansta (Institución de Crédito Suiza) para financiar la expansión de la red de ferrocarril del país helvético. 14 años más tarde, en 1870, abrió en Nueva York su primera oficina de representación en el extranjero. 

En 2023, la entidad opera en más de 50 países de todo el mundo y se ha convertido en uno de los 30 bancos que son considerados entidades de importancia sistémica mundial (EISM).

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Esto quiere decir que una hipotética quiebra de Credit Suisse tendría un fuerte impacto negativo en todo el mundo y que, por tanto, no se le debería dejar caer. Es lo que el sector financiero se denomina una compañía 'too big to fail'.

Sin embargo, todo este desempeño que llevó a Credit Suisse a ser uno de los grandes bancos del mundo se ha visto empañado por decisiones erróneas o mala praxis de sus directivos y empleados que desembocaron en una larga lista de escándalos tanto financieros como de reputación.

Escándalos financieros

Su primer gran escándalo fue el conocido como caso 'Chiasso'. En 1977 se descubrió que varios trabajadores de la entidad habían creado años antes una sociedad en Liechtenstein que usaron para blanquear dinero procedente de Italia. Credit Suisse recibió en 1968 la primera alerta sobre este asunto pero no tomó ninguna medida y acabó sufriendo pérdidas históricas por esta negligencia y un golpe reputacional del que tardó años en recuperarse. 

Otro de los golpes más fuertes fue el que supuso el colapso del hedge fund Archegos, al que Credit Suisse tenía una exposición superior a 4.000 millones de euros. La quiebra del family office ya redujo al mínimo su beneficio en el primer semestre de 2021, cuando se produjo la caída, e inició un proceso de desconfianza que se está agravando estos días después de que el banco haya presentado sus cuentas del ejercicio 2022.

Logo de Credit Suisse en lo alto de una sucursal. /Denis Balibouse/File Photo Denis Balibouse Reuters Ginebra (Suiza)

Dichas cuentas reflejan unas pérdidas de 7.293 millones de francos suizos (unos 7.387 millones de euros al cambio actual), lo que supone casi quintuplicar las registradas el año anterior. Han sido las mayores pérdidas que Credit Suisse ha registrado desde la pasada crisis financiera y tienen como origen, precisamente, su exposición a firmas en problemas, como Archegos.

Según recuerda Reuters, un informe independiente sobre el incidente criticó la conducta del banco y dijo que sus pérdidas fueron el resultado de una falta grave de gestión y control dentro su unidad de banca de inversión y, en particular, en su principal división de corretaje.

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Por otro lado, Credit Suisse se vio obligado a congelar en marzo de 2021 fondos financieros por valor de alrededor de 10.000 millones de dólares cuando la entidad británica Greensill Capital quebró después de perder la cobertura de seguro por la deuda emitida contra sus préstamos a empresas.

Muy sonada también fue la indemnización de más de 500 millones de dólares que tuvo que pagar al ex primer ministro de Georgia, Bidzina Ivanishvili, por el fraude de larga duración que sufrió por parte de un extrabajador de Credit Suisse, que falsificaba la firma de sus clientes para invertir en Bolsa con sus fondos. 

Escándalos reputacionales

Los escándalos no solo han afectado a sus negocios, sino también a sus principales directivos, que han provocado numerosos cambios en la cúpula de la entidad en los últimos años. Uno de los episodios más recientes fue la dimisión en enero de 2022 de António Horta-Osório, quien fuera uno de los hombres fuertes de Emilio Botín en Santander, por saltarse la cuarentena suiza durante la Covid-19.

La llegada de Horta-Osório a Credit Suisse se produjo meses después de la dimisión de Tidjane Thiam como consejero delegado después de que una investigación descubriera que el banco contrató detectives privados para espiar a su exdirector de gestión patrimonial, Iqbal Kahn, después de que se marchara a su rival UBS.

Axel Lehmann, presidente de Credit Suisse. Anshuman Daga Reuters

Este episodio también le costó los reproches del regulador financiero de Suiza, que acusó al banco de no hacer sido sincero sobre el alcance de este trama. Así, las autoridades afirmaron que Credit Suisse planeó siete operaciones de espionaje diferentes entre 2016 y 2019 y llevó a cabo la mayoría de ellas.

Tampoco está exento de polémica el actual presidente de Credit Suisse, Axel P. Lehmann, quien ha sido investigado recientemente por el regulador suizo por lanzar afirmaciones sobre la situación de la entidad que podrían haber inducido a error a potenciales inversores. 

Otros escándalos

En España el nombre de Credit Suisse también se ha vinculado a la investigación de las cuentas ocultas que el rey emérito Juan Carlos I tenía en Suiza. Los testaferros del exmonarca abrieron una cuenta de la Fundación Zagatka en el banco suizo desde la que se pagaron 5 millones de euros en vuelos en tres años con un fondo de una comisión por la compra del Banco Zaragozano por Barclays Bank en 2003.

El nombre de la entidad también salió en la famosa investigación de los papeles de Panamá, ya que fue uno de los numerosos bancos que ayudaron a sus clientes a administrar sociedades en paraísos fiscales. El banco negó las acusaciones de irregularidades y aseguró que solamente aceptaban estructuras 'offshore' si tenían objetivos legítimos.

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Más recientemente una filtración de datos publicada por un consorcio de medios a partir de una filtración al alemán 'Süddeutsche Zeitung' recogía que entre sus clientes en las últimas décadas se encontraban el dictador filipino Ferdinand Marcos y su esposa, Imelda Marcos; Alaa y Gamal Mubarak, hijos del autócrata egipcio Hosni Mubarak, o Pavlo Lazarenko, primer ministro de Ucrania entre 1997 y 1998 y acusado de corrupción, entre otros. 

Asimismo, la compañía fue multada en 2019 en Reino Unido y Estados Unidos por un escándalo de bonos en Mozambique. Sus fondos se usaron para sobornar a funcionarios corruptos del Gobierno de este país y para pagar 'mordidas' a varios exbanqueros de Credit Suisse y otros intermediarios.

En esta línea, el pasado mes de junio fue condenado por no evitar que una banda búlgara de tráfico de cocaína blanqueara dinero a través de la entidad. En concreto, el tribunal encontró deficiencias dentro del banco tanto en la gestión de las relaciones con los clientes como en la supervisión de la implementación de las normas contra el lavado de dinero.