El Gobbierno suizo está manteniendo reuniones al más alto nivel en busca de soluciones que permitan acelerar los trámites para que UBS se haga con Credit Suisse. Se trata de encuentros en los que participan las entidades, miembros del Ejecutivo, del Banco Nacional y del regulador FINMA. El objetivo es que la compra se efectúe antes de que los mercados abran el próximo lunes. 

En dichos encuentros se estudian los cambios normativos que se necesitan, así como los esquemas de protección que se darán a USB para que se haga cargo de un banco del que no quería saber nada. Sin embargo, el Gobierno exigía una solución suiza para Credit Suisse, lo que ha obligado al primer banco del país a dar el paso. 

Una de las primeras cuestiones que se están abordando, son cambios en la ley de sociedades. En condiciones normales, informa Financial Times, serían necesarias seis semanas para cerrar la compra ya que es el plazo exigido para consultar a los accionistas. Ahora, se busca la fórmula para que sea el consejo el que de el visto bueno sin pasar por una junta. 

Costes legales

Otra elemento clave está en los costes legales. No hay que olvidar que Credit Suisse tenía 1.200 millones de euros en provisiones legales a finales de 2022; y tiene previstos incorporar otros 1.200 millones a ese total por varias investigaciones regulatorias pendientes y demandas que aún deben resolverse, según Bloomberg Intelligence.

Los escándalos en los que se ha visto envuelta Credit Suisse en los últimos años no hacen presagiar nada bueno, y los responsables de UBS no están dispuestos a afrontar en solitario posibles demandas por cuestiones que no les competen. 

En paralelo, en las oficinas de UBS se discute la manera en la que absorberán la nueva entidad. Según Bloomberg en este momento lo más probable es que UBS se quede con sus unidades de gestión de patrimonio y activos.

La clave, y el escollo, está en la banca de inversión. UBS es partidaria de mantener la hoja de ruta actual de Credit Suisse e ir deshaciéndose poco a poco de ella. O, incluso, de forma inminente.

Una bandera de Suiza junto a la sede de Credit Suisse en Zúrich. Arnd Wiegmann Reuters

Las conversaciones aún están en curso sobre el destino del rentable banco universal suizo de Credit Suisse, que probablemente sea atractivo para UBS pero que puede dejar al sector bancario nacional del país demasiado concentrado.

Reguladores bancarios

Las negociaciones para la venta de Credit Suisse a UBS involucran ya a los principales reguladores bancarios. Según Bloomberg, la Reserva Federal de EEUU también está participando en el acuerdo dado que ambas entidades son consideradas sistémicas al otro lado del Atlántico. 

De momento no hay nada cerrado. De hecho, parece que Deutsche Bank estaría analizando el perímetro de Credit Suisse por si le interesase hacerse con algún negocio en caso de que la entidad sea troceada. 

El tiempo corre, y los rumores también. Este sábado el Financial Times publicaba que Black Rock podría estar interesada en hacerse con el banco suizo. Minutos después el fondo que dirige Larry Fink negaba esa posibilidad, y aseguraba que no se planteaba poner en marcha ninguna operación. 

La competencia

Mientras el futuro se aclara las puertas se van cerrando a Credit Suisse. Como ha contado ya este diario, este viernes a última hora cuatro de los principales bancos europeos optaron por restringir sus operaciones con el banco suizo. Entre ellos estarían Société Générale y Deutsche Bank. 

Los CDS, seguros de impago, a 1 año cerraban este viernes en los 2.426 puntos, según Refinitiv. Es decir, el riesgo que ven de caída es elevadísimo. También la bolsa está siendo fiel reflejo del nerviosismo del mercado. Los títulos de Credit Suisse cerraban el viernes en los 1,86 francos suizos tras dejarse un 8% en la jornada, extendiendo así los descensos hasta el 26% en la semana.

Una situación a la que se llegaba después de que el propio Banco Nacional de Suiza diera liquidez ilimitada a Credit Suisse y de que la entidad solicitara 54.000 millones de euros. Sin embargo, las salidas de depósitos se han mantenido en las últimas jornadas y existen dudas sobre la capacidad que la entidad puede tener para atender todas las peticiones que tiene pendientes y que son muchas. 

La solución que llegue este fin de semana será mirada con lupa por el resto de reguladores mundiales. Así, el Banco Central Europeo está vigilante para evitar un contagio a la eurozona. De hecho, en las últimas horas ha habido reuniones de urgencia para analizar la evolución de los depósitos y comprobar si alguna entidad podría estar en riesgo. 

El resultado de dichos análisis ha sido favorable para los bancos europeos. También el Banco de Japón analiza lo que ocurra con Credit Suisse, así como la Reserva Federal (FED) en Estados Unidos. Incluso, el Banco de China asegura que también está monitorizando la situación en todo momento.