Ana Botín, presidenta de Santander, y José Antonio Álvarez, consejero delegado del banco, durante la presentación de resultados.

Ana Botín, presidenta de Santander, y José Antonio Álvarez, consejero delegado del banco, durante la presentación de resultados. Santander Santander

Banca

Botín reorganiza la cúpula de Santander para cumplir con el BCE y ajustarse a los estándares de gobernanza

La presidenta transfiere al CEO parte de sus poderes ejecutivos, pero añade a sus funciones el control del PagoNxt y Digital Consumer Bank.

24 febrero, 2022 10:34

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Santander celebra este jueves un consejo de administración muy relevante en el que va a aprobar un reequilibrio de poderes entre Ana Botín, su presidenta, y José Antonio Álvarez, su consejero delegado.

En concreto, el número dos del banco pasará a reportar directamente al consejo de administración y la comisión ejecutiva de la entidad, ambos presididos por Botín. Por otra parte, ante Álvarez lo harán los responsables de las tres regiones en las que divide su actividad la entidad: Europa, Norteamérica y Sudamérica, así como los negocios de banca de inversión y banca privada, según adelantó El Confidencial y ha podido confirmar este periódico.

Así, Botín va a seguir siendo la primera ejecutiva de Santander y mantendrá las funciones relacionadas con la estrategia a largo plazo del banco, a lo que suma las áreas de PagoNxt, el negocio de pagos de Santander, y Digital Consumer Bank, el resultado de la unión entre Santander Consumer Finance y Openbank.

Deseo del BCE

Con este cambio, la entidad se adelanta a los deseos del Banco Central Europeo (BCE) y a los estándares de buenas prácticas en gobierno corporativo del mercado occidental.

No en vano, el supervisor de los bancos de la zona euro aboga por tener una figura de gestor en forma de consejero delegado y un presidente con funciones más institucionales en lugar de un primer ejecutivo con todos los poderes. El modelo que va a adoptar Santander será intermedio entre el actual y el que pide el supervisor, dado que Botín mantiene funciones ejecutivas.

Un deseo que el BCE ya ha logrado imponer en otras entidades, como Sabadell, que tras la marcha de Jaime Guardiola (ex consejero delegado) aprovechó para que Josep Oliu se mantuviera como presidente no ejecutivo y César González-Bueno se convirtiera en el primer ejecutivo como consejero delegado.