La dirección de CaixaBank y los sindicatos han mantenido este miércoles una nueva reunión de la mesa de negociación del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que implicará la salida de 7.400 trabajadores. En la misma, el banco ha ofrecido cambiar la exigencia de que el 60% de las salidas sean de trabajadores mayores de 52 años por cupos máximos por tramos de edad o criterios de prelación para establecer quiénes tienen prioridad a la hora de apuntarse voluntariamente al ERE.

Con esta oferta, el banco busca acercar posturas con los representantes de los trabajadores, que siguen sin aceptar las condiciones del despido colectivo y, de hecho, han decidido mantener la huelga convocada para el próximo 22 de junio.

Desde el inicio de la negociación, el banco impuso una condición de "equilibrio generacional", por la cual establecía un límite al número de empleados que se pueden apuntar voluntariamente al ERE. Al principio era que el 50% de las salidas fueran de menores de 50 años, algo que cambió más tarde a que como mucho un 40% fuera menor de 52 años.

Este miércoles, tras nueve semanas de negociación sin apenas avances, el banco ha ofrecido cambiar esa condición por mecanismos adicionales, como establecer cupos máximos de salidas por tramos de edad o incorporar criterios de prelación según los cuales algunos empleados tienen prioridad sobre otros para que su solicitud de adscripción voluntaria al ERE sea aceptada.

Fuentes de la entidad explican que el objetivo es facilitar al máximo que las salidas de empleados sean voluntarias. "La voluntariedad es para CaixaBank un elemento clave e indispensable del plan de reestructuración y ha de ser el criterio absolutamente prioritario por el cual han de producirse las salidas de personal", apuntan.

Los sindicatos ven poco cambio

Desde los sindicatos, sin embargo, critican que la dirección del banco no está retirando la "forzosidad" de las salidas. "En ningún caso aceptaremos despidos forzosos en este proceso y, mientras esto no sea así, no podremos avanzar en el resto de cuestiones", manifiestan en un comunicado conjunto las organizaciones sindicales.

Como medida de presión, mantienen la huelga convocada para el próximo martes, 22 de junio, que coincide con una nueva reunión de la mesa. "La representación sindical mantiene dicha reunión por responsabilidad, aunque formalmente los miembros de la mesa que acudamos a la reunión vamos a secundar y fichar la huelga", han apuntado.

Por otra parte, en la mesa se negocia también una modificación de las condiciones laborales de los trabajadores tras la integración de la plantilla de Bankia.

Al respecto, fuentes del banco informan de que la intención es que el nuevo marco que se pacte implique cambios solo para aquellos empleados para quienes las nuevas condiciones supongan una mejora o a las nuevas incorporaciones que puedan llegar en el futuro. Así, todos los empleados de CaixaBank actuales mantendrán su remuneración actual a título personal.

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