Los bancos que no repartieron dividendo el pasado año canalizaron más crédito a sus clientes, de acuerdo con un estudio realizado por el Banco de España. El supervisor concluye que los efectos de la política del Banco Central Europeo (BCE) de recomendar a las entidades no remunerar a sus accionistas por la pandemia han sido "significativamente positivos y económicamente relevantes" en la concesión de crédito.

Una vez pasados los primeros meses de la pandemia, el Banco de España ha decidido analizar los efectos que ha tenido sobre el crédito la restricción de dividendo recomendada por el BCE desde marzo del año pasado. En un principio, el supervisor europeo aconsejó a los bancos no remunerar al accionista (y cancelar los planes de dividendo para el año) ni efectuar recompras de acciones hasta septiembre, una recomendación que alargó hasta enero de 2021.

Fruto de este "consejo", que a ninguna entidad se le ocurre saltarse, la mayoría de los bancos españoles no abonó ningún dividendo durante 2020, pues solo lo hicieron aquellos que ya lo habían aprobado en junta de accionistas y cuyo reparto era inminente. De cara a este año, el BCE siguió recomendando prudencia, pero permitió a los bancos distribuir, como máximo, el 15% de su beneficio de los ejercicios 2019 y 2020.

El objetivo de esta política era que los bancos guardaran su capital para poder canalizar crédito a sus clientes y, según el Banco de España, se ha cumplido con creces. Su análisis determina que los bancos que restringieron su dividendo dieron más crédito, a la que se adhirió el Banco de España, especialmente en los meses de abril, mayo, junio y julio.

El supervisor no solo ve relación entre la restricción de dividendo y la concesión de crédito en general, sino también con el que dispone de garantías públicas a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO). Según el análisis del Banco de España, los bancos que no pagaron dividendos proporcionaron más crédito a las empresas que recibieron aval que las que sí lo hicieron.

Eso sí, el informe del Banco de España no valora la calidad del crédito concedido ni si se ha canalizado hacia empresas viables o con buenas perspectivas, sino solamente el volumen de crédito otorgado. A este respecto, el análisis concluye también que las medidas puestas en marcha para hacer frente al deterioro económico de la pandemia "dificultan la caracterización del nivel de riesgo de crédito".

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