BBVA avanza en los planes de recortes de costes que anunció en su última presentación de resultados en España. La entidad tiene previsto cerrar un nuevo ajuste a lo largo de este primer semestre del año mediante un proceso de ERE, frente a la estrategia de los últimos años de incentivar bajas voluntarias y prejubilaciones que se han saldado con la salida de 1.008 empleados desde 2018.

Así consta en los datos proporcionados por la entidad en su último informe anual. En concreto, a cierre de 2018 BBVA contaba con una plantilla en España integrada por 30.338 empleados, cifra que a finales de 2020 se situaba en 29.330. Estas salidas corresponden al ya habitual proceso de ajustes que todo el sector ha tenido que llevar a cabo en los últimos años, para adaptar su estructura al nuevo entorno de tipos negativos y al proceso de digitalización.

En su última presentación de cuentas, el consejero delegado del banco, Onur Genç, ya adelantó que la entidad prepara un plan de ajustes que prevé implementar durante la primera mitad de año, centrándose primero en España y centro corporativo, sin descartar trasladar el proceso a otros países en los que está presente.

Según publica 'Expansión', el banco habría cifrado la propuesta inicial que realizará a los sindicatos en las próximas semanas, con un recorte que rondaría los 3.000 puestos de trabajo, en torno a ese 10% de su plantilla. Aunque desde la entidad indican que no hay nada decidido, y los sindicatos no han recibido notificación oficial, la cifra del recorte coincide con las especulaciones de las últimas semanas.

A principios de año, los analistas de Barclays estimaron que BBVA podría recortar esos 3.000 empleos aprovechando el exceso de capital que generará con la venta de su negocio en EEUU. La medida, siempre según la firma británica, implicaría un gasto inicial de hasta 350 millones de euros.

A principios de febrero, en un análisis sobre las cuentas anuales del banco, la misma casa estimó que un recorte del 5% de la plantilla en España implicaría unos ahorros de 87 millones de euros al año a partir del tercer trimestre de 2021, asumiendo unos costes de reestructuración de unos 156 millones de euros después de impuestos para el proceso. Esta última cifra implicaría la salida de unos 1.500 empleados en España, frente a los 29.330 trabajadores con los que actualmente cuenta la entidad.

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