“Ni encima ni debajo de la mesa”. Hace tres meses, el consejero delegado de Bankia, José Sevilla, dejaba claro con estas palabras que la entidad no tenía previsto entrar en el proceso de fusiones de la banca española. Ahora, y ante el cambio en las perspectivas de los tipos de interés que tanto ha deprimido la cotización de la entidad, los directivos mantienen su visión invariable. “Ni encima, ni debajo, ni en el cajón”, sentencian desde el banco nacionalizado.

Durante su presentación de resultados anuales, el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, ha insistido en que “no contemplamos nuevas operaciones”. Sin embargo, reconoce que “los tipos negativos son un incentivo para la consolidación del sector” en su conjunto. “En este momento, nuestra misión es cumplir con el Plan Estratégico y que todo nuestro equipo se focalice en eso”, ha repetido el banquero.

Con fusión o no, las dudas sobre el futuro de Goirigolzarri al frente de Bankia se han disparado en los últimos meses, sobre todo con la llegada del nuevo Gobierno de coalición. El directivo ha dejado claro su "compromiso absoluto" con Bankia. “¿Dónde me veo dentro de un año? Dando la lata presentando resultados en esta casa”, ha bromeado ante los medios de comunicación.

En este sentido, el banquero reconoce que aún no se ha reunido con miembros del Gobierno, explicando que “siempre hemos tenido unas relaciones excelentes con todos los ejecutivos, sin que exista ningún tipo de crispación”, asegura en referencia a un posible 'choque' con Unidas Podemos, que apuesta por una banca pública con un modelo distinto al actual y por medidas como mayores impuestos para el sector.

Sobre este último punto, Goirigolzarri ha recordado que el tipo efectivo del impuesto de Sociedades de Bankia alcanza el 29%, indicando que la entidad ya ha pagado unos 97 millones de euros en DTA y 152 millones en pagos fraccionados, además de lo aportado por el impuesto de actis jurídicos docmentados (AJD) de las hipotecas y las contribuciones a la Seguridad Social de sus empleados. 

PRIVATIZACIÓN

“A mí no me tiene que refrendar el Gobierno, sino el consejo de administración y de momento no me han trasladado nada nuevo”, ha insistido Goirigolzarri a las preguntas sobre su futuro en el banco. El directivo ha querido destacar la buena relación que mantiene con la ministra de Economía, Nadia Calviño, “sin ningún tipo de injerencias políticas que no creo que se tenga que modificar en el futuro".

Respecto al proceso de privatización de la entidad, el presidente de Bankia ha reconocido que la evolución del precio de la acción complica la venta de un nuevo paquete de acciones en el mercado. “No es el momento más adecuado para enfrentarse a una privatización”, explica el banquero, que reconoce estar “ocupado y preocupado” con la evolución de las acciones de la entidad que este año repite como el peor banco del Ibex con sus títulos en 1,6 euros por acción.

“Con los tipos de interés no negativos nos manejaremos mucho mejor y veremos ROEs por encima del coste de capital”, que la entidad ha cifrado entre el 8% y el 19%. “No necesitamos tipos altos, sino normalización, porque somos una entidad muy sensible a los tipos de interés para lo bueno y para lo malo, como un indicador adelantado de nuestros competidores en este sentido”, indican desde la entidad, donde reconocen que están dedicando mucho tiempo a explicar a los inversores “la gran correlación de la evolución de nuestra acción con la de los tipos”.

DUDAS CON EL DIVIDENDO

En este difícil entorno, muchos analistas han dudado de la capacidad de Bankia para cumplir con su promesa de repartir 2.500 millones de euros en dividendos entre sus accionistas. “Analistas hay para todos los gustos”, asegura Goirigolzarri, repitiendo insistentemente que “estamos absolutamente comprometidos con los 2.500 millones”.

Aun así, no ha cerrado la puerta a variar los plazos y el volumen repartido, pues la cifra está calculada sin tener en cuenta factores externos que se conocerán a lo largo de los próximos meses. Por un lado, la evolución de los resultados. Por otro, la sentencia final del IRPH y, por último, los modelos de capital “que tienen una incidencia en los activos ponderados por riesgo muy notable”. “Cuando se vayan clarificando estos factores, tomaremos decisiones”, asegura Goirigolzarri.

Dentro de estos puntos, los directivos del banco no esperan una resolución adversa sobre el IRPH, pero reconocen que “en caso de que sea desfavorable, tendríamos que valorar el objetivo de generar el capital para el dividendo… no conviene anticiparse”.

En total, la retribución con cargo a 2019 será de 11,576 céntimos por acción, lo que supone mantener la cuantía por título y elevar hasta el 65% el reparto de beneficios entre los accionistas (pay-out) desde el 50% de 2018. Teniendo en cuenta las advertencias de los supervisores sobre la ‘elevada generosidad’ con los accionistas, Goirigolzarri asegura que “no nos ha costado convencer a las autoridades ni hemos tenido comentarios sobre el salto en el 'pay out' con nuestros niveles de solvencia”.

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