El desmantelamiento de una plantación de marihuana suele ser una noticia que, con cierta frecuencia, aparece en los medios. Se trata de una actividad delictiva que supone un atentado contra la salud pública pero que, además, tiene otras implicaciones menos obvias pero que revisten consecuencias que nos afectan a todos. Se trata del fraude eléctrico asociado, una intervención ilícita en las instalaciones para dar energía a estos cultivos y que no solo implica un perjuicio económico sino un foco de inseguridad que puede provocar daños personales y materiales muy severos a la población que está cerca de uno de estos puntos.

Durante los últimos cuatro años los casos de fraude eléctrico vinculados a este tipo de plantaciones se han duplicado. Las autoridades y las compañías energéticas permanecen vigilantes ante un problema que Endesa, por ejemplo, reconoce que está detrás de hasta 1.636 expedientes de fraude de los que maneja. Para hablar de ello, de las consecuencias y de los riesgos asociados, hablamos con José Manuel Revuelta, director general de Infraestructuras y Redes de Endesa.

Pregunta.- ¿En qué consiste el fraude eléctrico y por qué son precisamente los cultivos de marihuana uno de los más graves?

José Manuel Revuelta, director general de Infraestructuras y Redes de Endesa.



Respuesta.- El fraude de fluido eléctrico consiste en alterar de manera ilícita una instalación eléctrica para reducir, parcial o totalmente, el importe a pagar por la energía consumida. Se podría diferenciar entre dos grandes bloques de tipología de fraudes: el que cometen los clientes con contrato, que implica la manipulación de la instalación para reducir el consumo facturado y el fraude que cometen los usuarios sin contrato. En este caso se trata de enganches directos a la red de distribución sin que exista equipo de medida, lo que hace que no se pueda medir la energía consumida.

En este segundo bloque se encuentran las plantaciones de marihuana, que necesitan grandes cantidades de electricidad para hacer funcionar los sistemas de iluminación, climatización y ventilación necesarios para incrementar el número de cosechas anuales, que están ya llegando a cuatro. Sin estos enganches ilegales a la red, las plantaciones no serían rentables.

P.- ¿El contexto actual influye de alguna manera o es un problema más o menos permanente?

R.- El fraude es un problema permanente, aunque estamos asistiendo a un incremento claro en los últimos años, debido fundamentalmente a tres factores críticos: la ausencia de riesgo económico, porque el nivel de las sanciones compensa a los defraudadores en caso de ser descubiertos, la profesionalización del fraude, lo que dificulta la detección de las instalaciones manipuladas y cierto clima social de comprensión con el defraudador, cuando lo cierto es que se trata de una actividad que puede poner en riesgo incluso vida de las personas de su entorno.

Estado de una plantación de marihuana intervenida

P.- El número de casos de fraude ligados a las plantaciones de marihuana se ha duplicado en los últimos cuatro años. ¿A qué cree que se debe?

R.- Es a partir de 2019 cuando se experimenta un aumento muy significativo favorecido principalmente por el incremento del consumo de marihuana, los elevados precios del cannabis en el norte y centro de Europa, y un Código Penal más laxo que el del resto de países europeos en lo relacionado con este delito. Estos aspectos hacen que España haya pasado a ser el “huerto” de Europa, atrayendo a numerosas organizaciones criminales internacionales.

P.- Al margen del perjuicio económico que suponen estas prácticas para la compañía y para el sistema tributario, ¿qué otros riesgos asociados detectan desde Endesa en este tipo de instalaciones ilegales?

R.- Las conexiones irregulares y manipulaciones de la instalación eléctrica implican importantes riesgos para la salud de la persona que las realiza, de las que le rodean, de los técnicos de las compañías eléctricas y de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, ya que pueden provocar electrocuciones, descargas eléctricas e incendios. Se producen muchos incendios en viviendas dedicadas al cultivo de marihuana, no sólo en zonas aisladas, sino en pisos pertenecientes a bloques de viviendas, amenazando la seguridad del resto de vecinos.

Además, la aparición de organizaciones criminales internacionales vinculadas al cultivo de marihuana aumenta exponencialmente el riesgo para los técnicos de Endesa y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que acuden a desmantelar estas instalaciones.

P.- Dadas las características de este tipo de prácticas y esos riesgos para terceros, ¿se añade igualmente un cierto estigma a las zonas donde operan estas organizaciones?

R.- El fraude por plantaciones de marihuana no afecta a un perfil concreto de ciudadano. Se pueden detectar plantaciones en pequeños pisos de zonas deprimidas en grandes ciudades, plantaciones en chalés de lujo, naves en polígonos industriales, incluso construcciones en zonas rurales. Pero, como comentaba antes, se debe tener en cuenta que las organizaciones criminales están concentrando la gestión y control también de las pequeñas plantaciones. El resultado es un aumento de los riesgos y un deterioro de la seguridad en las zonas en las que se concentran estas instalaciones, para perjuicio de sus vecinos.

Hay bloques en los que sólo hay un vecino con contrato y el resto están “enganchados”, zonas donde el 80% del consumo de electricidad no es legal. Esto provoca situaciones de gran riesgo eléctrico que hace que actúen las protecciones o que se quemen líneas subterráneas o incluso centros de transformación, lo que provoca interrupciones del suministro al resto de residentes en la zona. El resultado es un aumento de las incidencias y un deterioro de la calidad de suministro en zonas con elevados niveles de fraude.

P.- ¿De qué mecanismos dispone Endesa para detectar este tipo de fraudes?

R.- Nosotros aplicamos todas las novedades que nos puedan ayudar a mejorar los resultados en la lucha contra este problema. Desde hace años aplicamos técnicas de machine learning (aprendizaje automático) y deep learning (aprendizaje profundo) para afinar las inspecciones y mejorar su efectividad. La digitalización de la red, el despliegue de sensores y la implantación de los contadores inteligentes hace que cada vez se obtenga más información sobre el funcionamiento de los equipos de medición y sobre la red de media y baja tensión, lo que ayuda a identificar los fraudes.

P.- De cara a la detección y la búsqueda de soluciones, ¿existe algún tipo de sinergia con otras compañías para abordar el problema?

R.- El problema del fraude afecta a todas las empresas del sector, por lo que existen diversos foros de colaboración. Además, Endesa mantiene acuerdos con empresas tecnológicas y universidades para innovar y mejorar la detección del fraude.

P. Ante la complejidad de esta situación, ¿cómo es la relación de una compañía como Endesa con las autoridades y las administraciones en este punto en cuanto a información, sanciones, medidas a tomar, ayudas, etc.?

R.- La colaboración con las Fuerzas de Seguridad y el uso de nuevas tecnologías mencionado anteriormente están permitiendo reforzar la lucha contra este grave problema. Durante el pasado año, Endesa realizó más de 2.000 operaciones conjuntas con las Fuerzas de Seguridad para combatir las conexiones ilegales a la red.

En este sentido, desde Endesa reiteramos nuestro ofrecimiento a colaborar con todas las instituciones para abordar el problema, especialmente el relacionado con la proliferación de las plantaciones de marihuana. Estamos hablando de un problema que concierne al conjunto de la sociedad y que hace necesario actuar a nivel político, jurídico, de seguridad si queremos ser realmente efectivos y atajarlo de manera definitiva.