Valencia

"Mucho habrá que correr para renovar todos los turismos que se fabrican hoy en día". "Las dificultades pronto empezarán a vislumbrarse". Estas fueron las serias advertencias que lanzó el pasado jueves UGT sobre el futuro de Ford Almussafes. Y preguntado al respecto por Invertia, el sindicato mayoritario de la planta pone fecha a estas complicaciones: 2023.

"El ciclo de vida de casi todos los modelos que fabricamos ahora se irá acabando en 2023. Urgen adjudicaciones como la que estamos reclamando, la fabricación de motores híbridos", afirma a este diario Carlos Faubel, presidente del comité de empresa.

UGT lanzó su mensaje de alerta al observar que solo la planta alemana de Colonia ha recibido encargos concretos en el marco del proceso de electrificación de Ford para sus plantas del Viejo Continente, donde aspira a ofrecer una oferta 100% eléctrica en 2030.

El sindicato lanzó hace ya año y medio una petición concreta: la adjudicación a la planta valenciana de la mencionada producción de motores híbridos (eléctrico más gasolina) como el que lleva el Ford Kuga enchufable, el modelo estrella de la factoría.

Además de su propia carga de trabajo, su desarrollo en Almussafes permitiría a la planta especializarse en vehículos con perspectivas de futuro como los enchufables. La planta se adjudicó el motor gasolina GDI, un encargo que se interpretó como un paso previo al motor híbrido. Pero esta aspiración no termina de materializarse.

Minuto y resultado

La situación actual de la planta es que el grueso de los vehículos que fabrica presentan una 'caducidad' industrial próxima en el horizonte. El que goza de mayor salud es el Kuga, cuyo nuevo modelo salió a la venta en 2020. Almussafes fabrica todas las versiones, entre ellas la híbrida enchufable, para el mercado Europeo.

El ciclo de vida de este SUV podría alcanzar al menos hasta 2024, fecha en la que, en función de los usos habituales de la automoción, debería lanzarse su restyling, su versión actualizada. Almussafes sería la favorita indiscutible para producirla.

La fábrica valenciana ensambla actualmente alrededor de 800 Ford Kuga al día, en cuya línea de montaje trabajan alrededor de 2.000 trabajadores de forma directa, según estima UGT.

El problema es que el resto de modelos gozan de peor 'salud'. El caso de los Mondeo, S-Max y Galaxy es muy similar. Se trata de una berlina y dos monovolúmenes, dos tipos de vehículos que están siendo claramente desplazados en el mercado por los SUV -los 'todocaminos' y todoterrenos ligeros-.

Ford ya parece haber estirado todo lo posible el ciclo de vida de estos tres modelos, al menos tal y como son en la actualidad. La última apuesta fue lanzar sus versiones híbridas no enchufables con el objetivo venderlas hasta 2024.

Empleados de Ford. EE

Pero aquella estimación oficial se produjo antes de la pandemia, una crisis que ha hundido la venta de todos los modelos y amenaza con adelantar la desaparición de los menos rentables. En consecuencia, la producción de estos tres coches, que suman 300 unidades diarias y 1.000 empleos directos en Almussafes, podría no ir más allá de 2023.

Por su parte, las furgonetas Transit y Turneo Connect suman 500 unidades diarias y 1.400 empleos directos cuya amenaza está todavía más próxima. De las alrededor de 110.000 unidades anuales que ahora se fabrican, las 40.000 que se venden en Europa dejarán de fabricarse en 2022, tal y como anunció Ford.

Las 70.000 restantes, que se envían al mercado americano, corren el mismo peligro que los monovolúmenes y la berlina, con la agravante de que existe un acuerdo entre Volkswagen y Ford para que la marca alemana fabrique las furgonetas ligeras de las dos enseñas. La previsión es alargar su producción en Almussafes hasta 2024.

El motor de la Connect es el GDI de gasolina, cuyo encargo acaba de recibir Almussafes por dos años y medio -hasta que deje de producir la furgoneta-. Y en situación similar se encuentra el motor Ecoboost, que Ford pasará a fabricar en Norteamérica en 2024.

En consecuencia, mientras no llegue el ansiado motor híbrido, los alrededor de 1.000 empleados de motores tan solo tienen garantizado el puesto de trabajo hasta 2023.

Cambios en la industria

El futuro es complejo en un mundo, el del automóvil, que ha sufrido sobremanera la Covid-19. Los cambios en la industria, con la irrupción de nuevas tecnologías y opciones de movilidad que hacen dudar al consumidor, ya empujaban a las marcas a afinar su oferta y a centrarse solo en los productos más rentables. Pero ahora más debido a la crisis.

En este escenario de ajustes ninguna planta quiere ser la que adelgace, al menos no tanto como para que su cierre se convierta en una posibilidad. Cuantos menos modelos fabrica una planta mayores son sus costes fijos por unidad producida, y Almussafes siempre ha presumido de lucir el mayor abanico de la marca en Europa.

Pero ahora sus empleados contemplan con inquietud cómo se agota el ciclo de vida de sus actuales modelos sin que lleguen alternativas, y teme que cambie el paradigma. Por ello aprieta a la dirección europea en busca de nuevas adjudicaciones.

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